Germán es un padre de familia al que las cosas no le marchan especialmente bien: se mata a trabajar como ejecutivo de seguros para un jefe que no le aprecia y la relación con su mujer está enturbiada por ello. Una noche, conduciendo a casa para llegar al cumpleaños de su hija pequeña tras un largo día de negociaciones empresariales, tiene un percance en una apartada autopista rural... Comienza para él una terrible pesadilla.
Gonzalo Bendala ha dirigido hasta la fecha dos películas, ambas enmarcadas en el género del thriller: "Asesinos inocentes" y "Cuando los ángeles duermen".
"Cuando los ángeles duermen" tiene muy buenas intenciones y muy buenas ideas, pero se pierde bastante en su desenlace forzado. Actores y actrices geniales, un guión muy interesante, una ambientación muy lograda, unas escenas muy conseguidas y un mensaje con ambiciones y notablemente demoledor se ven muy enturbiados por un conjunto de torpezas que, verdaderamente, se podrían haber evitado en su trama. Una serie de catastróficas desdichas, de fatalidades terribles e inesperadas, unen las vidas de un ejecutivo mediocre y de una joven con problemas con sus padres a mitad de la noche, y a partir de aquí empieza un juego monstruoso de persecuciones y violencia, de malentendidos y de azares preñados de mala leche. Gonzalo Bendala sabe crear tensión, pero alarga demasiado una historia que precisaba de más concisión y, para colmo, lo hace con fantasmadas y hechos inverosímiles, algunos casi de película de terror de asesinos de tres al cuarto, que se cargan todo el realismo que se trata de dar en todo momento. No nos creemos algunas reacciones de los protagonistas, no nos creemos a dónde terminan llegando y no nos creemos una conclusión llena de lagunas, poco o incluso nada creíble en el mundo moderno de la tecnología desbocada de hoy (simplemente, no cuadran demasiadas cosas). Es una lástima, porque "Cuando los ángeles duermen" es dura y tiene estilo, pero naufraga en gran parte por su mal uso de clichés que no vienen a cuento. Interesante pero fallida, desgraciadamente.
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