Porco Rosso

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lunes, 5 de marzo de 2018

GORRIÓN ROJO de Francis Lawrence - 2018 - ("Red Sparrow")


Dominika Egorova es una bailarina del teatro Bolshói de Moscú que, tras un accidente que le deja una fractura en una pierna, se ve obligada a retirarse del mundo de la danza. Depresiva y agobiada económicamente y con una madre enferma, acepta una proposición de trabajo de su tío, un hombre extraño y misterioso. Un trabajo extraordinariamente bien pagado para el gobierno de su país... Y muy especial.


Francis Lawrence, un director comercial hasta ahora muy irregular, ha entregado con "Gorrión Rojo" la que es, hasta este momento, su mejor película con mucha diferencia. Parece que el responsable de haberse cargado vilmente la saga de "Los Juegos del Hambre" y haber bastardeado de forma aberrante "Soy leyenda" ha madurado y ha desarrollado una cierta personalidad autoral. Esta adaptación de la novela homónima de Jason Matthews es una película de espionaje que se aleja mucho de lo que suele ser este género en sus vertientes más comerciales. Es dura, es sucia, es muy sexual, es muy morbosa, es muy violenta, y no suele hacer concesiones a la galería o a lo políticamente correcto en casi ningún momento. Y sus personajes están todos muy bien desarrollados, y son contradictorios, y no actúan de forma predecible prácticamente ninguno. Y su trama navega perfectamente durante más de dos horas por un intrincado laberinto de apariencias, verdades y mentiras que nunca deja de interesar y que está desarrollado con ritmo y con giros sorprendentes y algunos nada tópicos o predecibles. No se acomoda en lo fácil, da vueltas y vueltas a sus posibilidades, busca la sorpresa y arriesga, y crea un clima ambiguo que invita a pensar. Y Jennifer Lawrence está estupenda: entrega un papel genial que será recordado en su carrera; transmite sufrimiento, frialdad, fragilidad, dureza de acero, camaleonismo en estado puro. Y los secundarios, un plantel muy acertado y amplio de caras famosas, están igualmente geniales. Y se tratan con lucidez asuntos como la resaca de la Guerra Fría, el poder, el poder del sexo, la represión de los estados, el fanatismo, la violencia institucionalizada, el patriotismo enfermizo.


Todo esto queda además envuelto en un ambiente de fatalidad y sordidez espléndidamente recreado, con una atmósfera oscura y malsana que remite a los mejores thrillers de estética gris y helada de la mencionada Guerra Fría. Y tiene escenas antológicas, como algunas de acción absolutamente geniales y descarnadas, que se quedan grabadas en la mente, y un desenlace inesperado, coherente y que se aleja con limpieza de los típicos lugares comunes con los que tantas veces suelen cagarla directores de este género con menos ambición o más seguidores de los estándares básicos. El póster de esta película engaña bastante: "Gorrión Rojo" no es un thriller comercial al uso, en absoluto. Es mucho más exigente de lo que parece en un principio y tiene una personalidad indiscutible. Espero de verdad que Francis Lawrence se quede en esta senda creativa.


domingo, 17 de enero de 2016

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO. PARTE II de Francis Lawrence - 2015 - ("The hunger games: Mockingjay. Part II")


Los rebeldes han conseguido rescatar a Peeta, pero está traumatizado y parece haberse vuelto loco y haber perdido toda la esperanza. Katniss, que sigue adelante con su campaña como ídolo de la lucha por la libertad, queda destrozada y, mientras, se prepara el asalto final al Capitolio. En este ambiente, la propia Katniss, junto a un grupo de grandes guerreros, se va a ver envuelta en una situación que no esperaba... Y se va a encarar con el propio presidente Snow.


"Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte II" arrastra todos los errores y el lastre de su antecesora. Si aquella no era más que un prólogo alargado a lo bestia para ésta, ésta es un batiburrillo apretujado de hechos metidos con calzador en dos horas y diez minutos pésimamente aprovechadas. Tenemos el asalto final al Capitolio y un largo epílogo y todo está narrado de forma a veces apresurada (cuando no debe ser) y a veces pausada (cuando tampoco debe ser). La película es totalmente arrítmica y alterna momentos en los que todo corre que se las pela con otros soporíferos. Los personajes están muy poco definidos: tanto que cuando muere alguno de los secundarios ni siquiera nos enteramos bien de quién ha muerto en más de una ocasión. Algunos como la extraña mujer felina (digo esto porque ni se su nombre) no sabemos a cuento de qué vienen y cuál es su papel. Imagino que en la novela estará todo más y mejor explicado. Por eso que imagino esto pienso que es de delito grave dividir dicha novela en dos partes y que la primera esté llena de momentos inútiles y la segunda de lagunas de guión. En fin, me parece terrible. Después, tenemos la otra cara de la moneda: un montón de escenas intimistas alargadas de mala manera y un final con epílogo que no termina nunca y con mucha morralla para alargar el metraje. Fatal. Y el conjunto se ve afectado por todos estos desbarajustes y el espectador pierde pronto, bastante pronto, el interés en toda la historia. Hay algunos momentos que están indiscutiblemente bien rodados (como, por ejemplo, la batalla subterránea), pero abunda la chapuza, la improvisación y los saltos de ritmo desmesurados. En conjunto, esta última entrega de la saga es algo más distraída que su antecesora (lo cual no es nada difícil), pero "algo" es bastante poco teniendo en cuenta el mal nivel de ésta y que estamos hablando de una obra de acción y aventuras. Decepcionante final para otra saga devaluada por el vil dinero y el ejemplo perfecto del gran error de dividir adaptaciones en varias partes sin sentido ni sensibilidad.


COMENTARIO CON SPOILER:

Hay en "Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte II" algunos puntos políticamente interesantes que creo dignos de mencionar. El desenlace del filme me resultó sorprendente, a pesar de que no ayude a levantar su disfuncional cuerpo. El hecho de que la rebelión sea finalmente retratada como "otro Capitolio" creo que es acertadísimo. Y es que ha ocurrido a lo largo de la historia demasiadas veces: los originalmente justos y legítimos rebeldes se han terminado convirtiendo en imitaciones de los tiranos que derrocaron. En ese sentido, el filme realiza un retrato que creo certero sobre estas sucesiones de tiranos, sobre la venganza y las cazas de brujas que vienen después de las revoluciones y sobre lo fácil que puede ser usada esta sed de venganza para volver a idiotizar al pueblo liberado. Por desgracia, todo esto no mejora la película: es apenas un apunte en una colección de escenas tristemente deficiente. Una pena.


sábado, 16 de enero de 2016

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO. PARTE I de Francis Lawrence - 2014 - ("The Hunger Games: Mockingjay. Part I")


Katniss ha sido rescatada por los rebeldes y llevada a su base secreta, en donde se ha recuperado. Los rebeldes están planeando el asalto definitivo al Capitolio y quieren que ella sea el foco principal de su propaganda para animar a todo Panem a que se alce contra la tiranía que les domina. Katniss accede a hacerlo, pero también quiere salvar a Peeta, que no pudo escapar, y de la misma manera descubre que la organización de la rebelión no es perfecta y tiene también sus intrigas y fallos. El combate final se acerca mientras cada vez más rápido y la dictadura se prepara para asestarles el golpe definitivo.


Está desde hace un tiempo de moda separar la última entrega de una adaptación en dos películas para sacar más pasta gansa y "Los juegos del hambre" no se libró de esta moda. Muy mal para la saga: se la cargó. Una más. El libro de "Sinsajo", último de la trilogía, fue dividido en dos partes que se estrenaron respectivamente en 2014 y en el pasado 2015. Y no daba para dos partes, en absoluto. "Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte I" es una infamia, un aburrimiento mortal e inmisericorde. De nuevo dirigida por Francis Lawrence, que como dije ayer se quedó ya en la saga como director definitivo, es un enorme, gigantesco prólogo de su siguiente y última entrega, y nada más. La acción se centra ahora en el refugio de los rebeldes y en tratar toda la planificación de su ataque al Capitolio y el sistema de propaganda que establecen dichos rebeldes para levantar la moral del país. No ocurre nada reseñable hasta la hora y cuarto de metraje, y lo que ocurre a partir de aquí es un conjunto de escenas de acción descafeinadas. No hay prácticamente nada que haga avanzar a la historia y no hay practicamente ningún hecho importante relacionado con la posterior entrega. No interesa nada esta tercera parte, simplemente. Habladurías por pasillos, un poquito de drama, desarrollo limitadito de los personajes y una promesa de última entrega donde todo se resolverá. En fin, se nota que un sólo libro no daba para dos películas de dos horas y que han estirado el chicle a lo bestia y han alargado el relleno hasta la náusea. La película, así, se vuelve insoportable y soporífera y todas las virtudes de las dos anteriores entregas de su serie quedan desfiguradas. Una pena. "Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte I" es una infamia perpetrada por el vil dinero de forma descarada. La cuarta parte de la saga tampoco está muy fina debido a esto: supongo que si no las hubieran separado tal vez habrían constituido juntas una película por lo menos aceptable. El ejemplo perfecto de los estragos que hace esta mala moda.


viernes, 15 de enero de 2016

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS de Francis Lawrence - 2013 - ("The Hunger Games: Catching Fire")


Katniss y Peeta han ganado los Juegos del Hambre y vuelven a sus hogares destrozados por el trauma. Además, para colmo, se han transformado en las grandes estrellas que nunca quisieron ser y han de participar en el Tour de la Victoria que va a recorrer todo Panem. Sin embargo, algo parece estar cambiando... La rebelión contra el sistema cada vez va ganando más fuerza. A pesar de todo, Katniss se va a encontrar en su camino una nueva pesadilla... Que va a cambiar al país para siempre.


"Los juegos del hambre: En llamas", la secuela de "Los juegos del hambre", fue dirigida por Francis Lawrence después de que Gary Ross no quisiese repetir trabajo tras haberse encargado de la anterior parte. Lawrence se quedó ya también como director oficial de las dos siguientes entregas de la saga. "En llamas" pierde bastante del elemento sorpresa de su antecesora y, verdaderamente, es casi una suerte de repetición de ésta con nuevos enemigos y nuevas pruebas. Por suerte, está bien realizada y sabe volver sobre sus propios pasos pero innovando lo justo y necesario para resultar todavía notablemente entretenida. La trama avanza también, y no se limita a copietear de mala manera como sí que hacen otras segundas partes (tanto películas como novelas). Hay una nueva prueba de Juegos del Hambre y los protagonistas de la anterior que sobrevivieron vuelven a tener que luchar por sus vidas. Hay nuevos personajes (todos solventemente atractivos) y se profundiza en la sociedad de Panem y tanto en sus dirigentes del Capitolio como en las fuerzas de los rebeldes que les combaten. Las nuevas escenas de acción cumplen y el ritmo está bien llevado en todo momento. El desenlace incluso guarda una sorpresa grata que a mi como espectador por lo menos me contentó y lo deja todo perfectamente abierto para las siguientes entregas. Sí, es cierto que esta segunda aventura de la serie ha perdido toda la frescura de la anterior y que daba para mucho más (porque a pesar de todo lo que he dicho puede llegar a ser repetitiva), pero también podría haber sido un bodrio infame y haber malogrado la saga. En general, es una obra divertida, aunque también entiendo perfectamente la decepción y las quejas de los que esperaban algo nuevo en ella y no lo encontraron. Por desgracia, las dos partes de "Sinsajo" (el tercer libro, que fue dividido como manda la moda del dinero fácil en dos películas de forma absurda y tonta) no supieron mantener el nivel y se hundieron con todo el equipo. De ellas hablaremos el fin de semana.


sábado, 11 de abril de 2015

AGUA PARA ELEFANTES de Francis Lawrence - 2011 - ("Water for Elephants")


Año 2003. Jacob Jankowski es un anciano de noventa y tres años que se acerca a visitar el circo que ha llegado a su ciudad. Llega sin embargo de noche y el local de espectáculos está ya cerrado. Aún así, encuentra allí al dueño de la atracción y ambos entablan conversación. Jacob le cuenta entonces su historia: en los años treinta, en los tiempos de la Gran Depresión, él trabajó también en un circo... Y vivió una gran historia de amor que nunca podrá olvidar.


"Agua para elefantes" es el típico melodrama de aires clásicos realizado para aprovechar el tirón de una estrella emergente en su momento: en este caso, el Robert Pattison que todavía tenía por estrenar en 2012 la última entrega de la exitosa y horrible saga de "Crepúsculo". El hecho de que este filme no busque más que eso tiene cosas buenas y cosas malas. Francis Lawrence, su director, es un creador en líneas generales irregular y "de encargos", pero aquí hace una buena labor artesanal tras las cámaras, construye unos decorados excelentes (y maravillosamente fotografiados) y, además, dirige muy bien a los actores. Porque el trío protagonista de la película está verdaderamente bien. El mencionado Pattison ha demostrado varias veces ya que, si bien comenzó su andadura por la fama con la terrible saga de los vampiros y los hombres lobo adolescentes, está interesado en papeles de más enjundia. Aquí está verdaderamente bien, comedido en su carácter de galán de corte clásico. Reese Whiterspoon está, como siempre, magnífica: entrega otra actuación más que le va como anillo al dedo. Y Christoph Waltz simplemente brilla: se come la pantalla con su personaje, que además es el más ambiguo, interesante y carismático de toda la obra. La trama está desplegada con ritmo, el drama no carga en ningún momento y es limpio y los diálogos son buenos. El retrato histórico cumple de sobra, y sabe imprimir un toque justo entre el realismo y una ensoñación evocadora de tiempos mágicos que ya no volverán (los tiempos en los que el circo era uno de los mayores espectáculos del mundo),


"Agua para elefantes" es una historia de amor que, además, toca también otros palos, como son la pobreza y la injusticia que crean los vaivenes de los sistemas económicos (se ambienta en los tiempos de la Gran Depresión, algo que viene como anillo al dedo para los momentos de crisis económica que nosotros por desgracia también estamos viviendo) o los derechos de los animales, a menudo maltratados en los circos. Es cierto que los toca superficialmente, sin embargo. Esta película es, en fin, una película bien rodada y correcta, un homenaje al Hollywood dorado solvente. No es una obra maestra ni un sugerente trabajo de autor, pero tampoco lo pretende. No pasará a la historia, desde luego, pero se puede ver más que bien y no tiene ninguna otra pretensión.


martes, 30 de septiembre de 2014

SOY LEYENDA de Francis Lawrence - 2007 - ("I am legend")


Año 2012. Un virus implacable ha transformado a todas las personas de la Tierra en agresivos mutantes de rasgos vampíricos e instintos animales que desde que oscurece hasta el amanecer vagan por las ciudades desiertas. Únicamente un hombre ha escapado de la enfermedad: Robert Neville, que pasa los días recorriendo las ruinas de Nueva York con su perro en busca de una cura y las noches escondido en su casa, acorazada como un bunker. Un rayo de esperanza le llega cuando descubre algo maravilloso… No es el único humano auténtico que queda en el planeta.


ATENCIÓN: LA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS. LA PELÍCULA ES DE 2007... IMAGINO QUE YA LA HAN VISTO CASI TODOS LOS QUE ME LEEN.


Más de tres décadas, casi cuatro, pasaron desde que llegó a las salas “El último hombre… vivo”, la aberrante versión del clásico de Richard Matheson “Soy leyenda” que protagonizó Charlton Heston, hasta que apareció la nueva y hasta ahora última versión de la historia, ya sí llamada con su título original. Era de esperar que el Hollywood remakeador de estos últimos años, totalmente falto de ideas originales, rescatase este mítico relato para revisitarlo… con otro insultante bodrio. Éste segundo remake de las desventuras del último hombre de la Tierra cuenta con Will Smith como protagonista dando vida a Robert Neville, la ciudad en la que vive pasa de ser Los Ángeles a ser Nueva York y sus cazadores/víctimas vuelven a parecer básicamente vampiros, aunque con ciertos rasgos que recuerdan a los mutantes de la entrega de Heston. No voy a negar que “Soy leyenda” de 2007 tiene una primera hora de metraje (más o menos) excelente. Tampoco voy a negar que después de esta hora todo el conjunto se desinfla hasta caer en la fábula moralista de propaganda religiosa más vergonzosa vista en mucho tiempo. Hablemos de la primera hora. “Soy leyenda” es la película del hasta ahora tríptico de la novela de Matheson que ha contado con más presupuesto. Esto se ha dejado notar en sus mejores efectos especiales, que han permitido crear unos vampiros que van más allá de los simples zombies y monjes medievales maquillados de las dos primeras versiones (aunque también, y como corresponde a nuestros tiempos, sus formas tienen poco de sutil en el peor de los sentidos: son vampiros desaforados, muy exagerados, efectistas por acumulación y que de tanto grito dejan de producir miedo tras sus primerísimas apariciones). Sin embargo, en lo que más se ha notado esta inyección monetaria sin ninguna duda ha sido en los impresionantes paisajes de la desolada Nueva York en la que el filme se ambienta. Todo hay que decirlo: la soledad casi absoluta del protagonista no sería lo mismo sin este descorazonador mundo en ruinas que logra angustiar tanto de día como de noche y que resulta verdaderamente impactante contemplar en todo su silencio. La sensación de desasosiego y de tristeza es total, sensación que fomentan un Will Smith en estado de gracia (y que, menos mal, no hace chistes) y una trama llevada con notable ritmo y pulso… Que cae en picado tras la muerte del perro del protagonista (un excelente momento dramático). 


Llega la segunda hora de “Soy leyenda” y todo se hunde porque, una vez más, sus creadores se alejan de la crítica y brutal novela original para presentar, como en “El último hombre …vivo”, otra típica y tópica historia de sacrificio personal por el bien de la humanidad que para colmo en este caso está orientada a la propaganda religiosa más ñoña y tonta. “Soy leyenda” se transforma de repente y tras alcanzar su momento álgido en otra película sensiblera destinada a levantar los ánimos post 11-S (y eso que entonces no había empezado la crisis global actual, que estallaría al año siguiente, en 2008). El argumento da un brusco y odioso giro: aparece una mujer que nada tiene que ver con la del escrito original que trae un niño con ella y que para colmo habla constantemente de la presencia de Dios, la cual siente y la cual le dice que las cosas se terminarán arreglando. Se completa el patético cuadro con una referencia a los actos de este Dios en la figura de una mariposa que de repente aparece por todas partes (en cristales rotos, en tatuajes…) y que… Miren ustedes por donde, es la mariposa que la hija de Neville representó con sus manitas antes de morir. Que tierno. Tan tierno resulta que el protagonista se convierte en leyenda al dar su vida de manera gratuita para que los supervivientes de la raza humana salgan adelante; se convierte en leyenda precisamente por todo lo contrario que le hace ser dicha leyenda en la novela. El mensaje no solo cambia totalmente, sino que aparece pervertido en una vil burla que, bien mirada, hasta resulta involuntariamente sarcástica. Los mencionados supervivientes para colmo viven en una fortaleza de esperanza en la que se divisa una iglesia por encima de todas las casas que hace cantar a sus campanas al final del filme. Terrible. Todo el buen hacer de la primera parte del filme desaparece ante este bochornoso show. Triste, muy triste. Y seguimos esperando una buena versión de esta fantástica y básica novela. 


sábado, 9 de febrero de 2013

CONSTANTINE de Francis Lawrence - 2005 - ("Constantine")


John Constantine es un cazador de demonios experto que a cambio de favores hace trabajos para los ángeles y para el Cielo. Sin embargo, no es feliz: es adicto irredento a fumar, lleva una vida solitaria, es cínico y egoísta y sólo utiliza sus poderes como mercenario que busca salvar su alma y nada más. Su vida va a cambiar cuando conozca a la detective Angela Dodson, que investiga el misterioso suicidio de su hermana. Una terrible conspiración que implica tanto al Infierno como al Cielo se va a abrir ante Constantine... Que sin embargo va a encontrar, tal vez, una razón de verdad para vivir...


Francis Lawrence es un director irregular que se ha encargado hasta este momento de los irregulares filmes "Constantine", "Soy leyenda" (la última versión de 2007) y "Como agua para elefantes" y que ha participado en las series "Kings" y "Touch".


Aunque muchísimo menos conocido para el público general que compañeros de universo como Superman, Batman, Wonder Woman, Flash o Linterna Verde, John Constantine es uno de los personajes más interesantes del mundo de DC Cómics, personaje que apareció como comparsa de aventuras de La Cosa del Pantano de Alan Moore en 1985 y que posteriormente ha tenido su propia serie, la mítica "Hellblazer". Su adaptación para la gran pantalla, que pasó sin pena ni gloria, podría haber dado bastante más de sí teniendo en cuenta que como he señalado se trata de un caracter muy pero que muy interesante: fumador empedernido, cínico pero de fondo bondadoso, outsider y por momentos casi un perdedor, John Constantine daba para mucho más que esta película dirigida con solvencia pero nada más por el artesano Francis Lawrence, que dos años después aberraría sin miramientos la nueva versión del clásico "Soy leyenda". Constantine es Keanu Reeves, que la verdad es que no lo hace mal aunque no deja de dar vida al sucedáneo de Neo (hierático, poco hablador y de toque mesiánico) en el que parece estar tan encasillado desde "Matrix". El personaje no se parece demasaido al del cómic en el que la película se basa pero por lo menos no se carga su esencia. Los secundarios (Rachel Weisz, Tilda Swinton, Shia LaBeouf, Peter Stormare...) simplemente cumplen y el guión pues también: simplemente cumple.


"Constantine" no llega a ser en ningún momento un bodrio infame como, por ejemplo hablando del universo DC, la reciente y horrenda "Linterna Verde" o, hablando de otros personajes de cómic, muchísimas (demasiadas) adaptaciones de historias del universo de Marvel que también son para echarles de comer aparte. Sin embargo, le falta garra para ser una película que llegue más allá del simple "cumplir". Es distraída y divertida, no está mal interpretada aunque los personajes no sean una maravilla de la profundidad, las escenas de acción son solventes, los efectos especiales también, los demonios que persiguen a los protagonistas tienen gracia, los diálogos cumplen, el humor que hay es fino y no vergonzante y la intriga se sigue sin problemas aunque también sin gran interés. Pero tampoco tiene un protagonista o un villano que enganchen de verdad, y tampoco hay una trama que diga algo más allá de la lucha eterna del bien contra el mal, y tampoco hay un toque visual o narrativo que aporte alguna personalidad a la película más allá de la funcionalidad artesanal esperable. En fin, "Constantine" se puede ver y posiblemente gane a bastantes películas que adaptan cómics, pero desde luego su personaje se merecía bastante más.