Porco Rosso

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martes, 9 de febrero de 2016

EL RENACIDO de Alejandro González Iñárritu - 2015 - ("The Revenant")


1823. El explorador Hugh Glass viaja por las profundidades de Norteamérica junto a su hijo mestizo en una expedición para recolectar pieles. Cuando queda poco para concluir el viaje, unos indios les atacan y Hugh es víctima de una brutal tragedia. El peor calvario que nunca ha vivido se va a presentar ante él y va a tener que luchar contra la naturaleza más indómita para sobrevivir y... Vengarse.


Alejandro González Iñárritu ha entregado en "El renacido", pienso, su mejor película desde "Amores perros". Sin desmerecer a "21 gramos" y a "Babel", que son excelentes pero no tan perfectas, y teniendo en cuenta que "Birdman", si bien también es una buena película, está algo sobrevalorada (ya "Biutiful" me parece bastante fallida e incluso mala y su peor obra con diferencia). "El renacido", primera incursión del creador en el western, es una historia más de martirio de un personaje que encuentra o retoma su camino en la vida tras crueles circunstancias. Es uno de los asuntos que más ha tratado el director mexicano y que está presente de una forma u otra en todas sus obras. Leonardo DiCaprio nos regala otro de los más grandes papeles de su carrera (y van) y da vida a un trampero que es abandonado a su suerte en una circunstancia brutal y que ha de regresar a través de la naturaleza más indómita e inmisericorde para buscar venganza, que es el asunto principal del filme, que ahonda sin embargo en otros como la supervivencia, el altruismo, la amistad, las relaciones entre padres e hijos, la relación del hombre con la mencionada naturaleza, el racismo, la comunión entre razas y culturas diferentes, la lucha de los indios contra los conquistadores venidos de Europa, la colonización de Norteamérica o la marginación y el exterminio de dichos indios. No hay maniqueísmos en el filme: tenemos occidentales brutales e indios brutales, occidentales con honor y principios e indios con honor y principios. "El renacido" es como su propio nombre indica la historia de un renacimiento y es una catársis constante de tres horas que no deja tregua al espectador y que, a pesar de esta intensidad y esta larga duración, no pesa en ningún momento. Se digiere sin problemas, con interés constante y incluso creciente, gracias a la gran labor realizada en el ritmo, la narrativa fluida y el montaje.


Como los mejores westerns crepusculares, "El renacido" ofrece una representación sucia y extremadamente realista de su momento histórico. Es violenta, muy violenta, y muy cruda y brutal y también muy visceral. Los personajes están llenos de claroscuros, la sociedad es ambigua y se debate entre el honor, el egoísmo y el clasismo, y el mundo humano de entonces es sucio y oscuro. Las escenas de acción son una delicia y en especial el prólogo de la cinta es una batalla maravillosamente rodada, y momentos como los del oso son absolutamente soberbios. La fotografía es otro punto fascinante de este filme: es eso mismo, fascinante, y retrata unos paisajes rurales bellísimos, esplendorosos, con una luz que brilla sin parar. Hay que decir también que, junto a Leonardo DiCaprio, también se luce Tom Hardy en un papel completísimo de personaje redondo, de villano perfecto. Ambos actores están geniales y su duelo interpretativo es magnifico. Excelente western es "El renacido".


lunes, 10 de agosto de 2015

BIRDMAN de Alejandro González Iñárritu - 2014 - ("Birdman or The Unexpected Virtue of Ignorance")


Riggan Thomson fue, hace décadas, un actor famoso en la cresta de la ola que dio vida en tres películas que rompieron las taquillas a Birdman, un superhéroe mítico. Hoy, es un intérprete de capa caída que lleva mucho tiempo alejado de las grandes producciones y que está bastante olvidado. Riggan está sin embargo luchando para volver al ruedo: está montando una adaptación teatral de la obra de Raymond Carver "De qué hablamos cuando hablamos de amor" que espera estrenar en Broadway. Las cosas, sin embargo, se le van de las manos cada dos por tres y los problemas no paran de llegar. A su alrededor, otros actores y trabajadores del mundo del teatro y del cine pasan también sus propias crisis personales. Riggan tiene, además, un secreto que pocas personas conocen... Y que está relacionado con su personaje Birdman,


"Birdman" me parece una buena película y, desde luego, un salto de retorno a la calidad después del patinazo que Alejandro González Iñárritu tuvo con la para mi fallida "Biutiful". Creo sin embargo que tampoco es la obra magna que muchos consideran que es y que ha sido un poquito sobrevalorada (insisto, siendo una buena película). Iñárritu realiza de nuevo un drama de relaciones personales y se mantiene con un pie en el toque fantástico o en el Realismo Mágico si quieren llamarlo con el que ya experimentó en la mencionada "Biutiful". Michael Keaton, absolutamente soberbio, se mete en la piel de un actor de mediana edad que anda de capa caída tras haber protagonizado hace décadas una famosa trilogía, la del superhéroe Birdman que da título a la película. ¿Les suena? Sí, en efecto, de una forma u otra Michael Keaton se interpreta a sí mismo (él, que fue el primer Batman de la gran pantalla, el imprescindible de Tim Burton, se ha visto en los últimos años bastante apartado de los éxitos e incluso de las películas decentes). Y lo clava, oigan. Su trabajo es fantástico, mágico, lleno de autocrítica y de ternura. González Iñárritu le acompaña a lo largo de un único y enorme plano secuencia (prácticamente, salvo algunas tomas al inicio y al final, toda la película lo es) que es todo un prodigio de maestría cinematográfica. Dificilísimo de rodar hubo de ser un filme como "Birdman", que además está animado por un plantel de secundarios fantástico que no tiene nada que envidiar en maestría al protagonista Michael Keaton: desde un Edward Norton cachondísimo hasta una perfecta Emma Stone pasando por una impresionante Naomi Watts o un divertidísimo Zack Galifianakis. Técnicamente la película es una primorosa joya y argumentalmente es coherente, tiene gracia y tiene lucidez.


"Birdman" habla de las frustraciones vitales, de los fracasos cotidianos, de las crisis de diversas edades, de la búsqueda de la identidad y, de una forma no ñoña ni moralista barata por suerte, de la persecución de los sueños. Por eso, tal vez, haya arrasado tanto en los premios norteamericanos que ya todos sabemos. No sólo ha sido en los USA, de todas formas: las críticas buenas hacia el quinto filme de Alejandro González Iñárritu han sido en general mundiales. Las merece: es un filme excelente, aunque para mi queda algo lastrado por su desenlace, que es ciertamente "polémico". A unos les encanta y otros lo odian. A mi me parece una concesión facilona y penca al Oscar, al lado más cutre del cutre Sueño Americano. Nos pasamos una película entera retratando a perdedores y luego nos metemos un chute de azúcar por la fuerza, con calzador. No, no me gusta nada el final de "Birdman".


viernes, 29 de mayo de 2015

BIUTIFUL de Alejandro González Iñárritu - 2010 - ("Biutiful")


Uxbal vive en Barcelona con sus dos hijos. Está separado de su mujer, su casa es un cuchitril y es pobre, por lo que se ve obligado a malvivir de trabajos a veces no siempre legales y muchas veces moralmente reprobables. Uxbal, sin embargo, tiene un don: es capaz de ver más allá del mundo de los vivos y de hablar con los muertos, y usa este don también para, cuando puede, sacar un dinero extra. Un día, a Uxbal le dan una mala noticia... Una noticia que, sin embargo, va a ayudarle a cambiar su triste vida.


"Biutiful", la primera película de Alejandro González Iñárritu sin la colaboración en el guión de Guillermo Arriaga, es, hasta ahora, su película más floja, por lo menos para mi. Incursiona en esta ocasión el director mexicano en el cine de corte fantástico pero también vuelve a realizar un drama social, su género predilecto, y pone de nuevo a un gran actor (en este caso Javier Bardem) a dar vida a un personaje sufriente que las pasa putísimas en una sociedad opresiva. Es, básicamente, lo que hizo en su "Trilogía de la Muerte" (aunque esta no tenía un toque fantástico), y le salió bien la cosa (muy bien incluso). En su cuarta cinta, sin embargo, metió la pata. Porque el guión es un desbarajuste total y porque a la película, larga como todas las suyas, le sobran, y ahora de verdad, unos treinta minutos. Iñárritu ha querido tratar infinidad de asuntos sociales (y alguno menos social también) en "Biutiful". El caso es que son tantos, tantísimos, que todos los mira de pasada, todos se nutren de bastantes tópicos y ninguno de ellos queda resuelto. Tenemos pobreza, tenemos familias rotas, tenemos capitalismo agresivo de la peor calaña, tenemos explotación de inmigrantes pobres, tenemos cáncer, tenemos adicciones, tenemos homosexualidad reprimida y no aceptada, tenemos clasismo e hipocresia, tenemos incomunicación en la gran ciudad, tenemos mala sanidad pública, tenemos corrupción, tenemos brutalidad policial, tenemos crisis económica (en 2010 ya estaba pegando fuerte), tenemos un recuerdo de la terrible dictadura de Franco, tenemos relaciones de pareja rotas, tenemos redención y tenemos relaciones del mundo de los vivos con el de los muertos porque el protagonista de la película es un medium o un brujo que, la verdad, tampoco es que aproveche demasiado sus dones paranormales.


Este personaje principal, muy bien interpretado, eso sí, está por desgracia como todos los temas que le rodean: desdibujado. Es errático en todos los aspectos, como lo es encima la trama, que consiste en ir de un lado para otro y de una línea argumental para otra. Lo mejor es que casi ninguna se cierra. Y lo mejor es que los secundarios son muy tópicos y también están desdibujados. El desenlace de la película, supuestamente colmado de espiritualidad y de optimismo vital, yo no lo termino de entender. Qué quieren que les diga: seré muy torpe, pero Iñárritu no deja nada claro. La ambientación de la Barcelona más canalla y depauperada cumple, oscura y cutre, pero ya está, "Biutiful" me parece una película muy fallida, que pierde el interés en su primera media hora y que se vuelve un tostón. Primer patinazo del director de "Amores perros".


viernes, 17 de abril de 2015

BABEL de Alejandro González Iñárritu - 2006 - ("Babel")


Dos hermanos que viven en una granja en el Marruecos profundo prueban un rifle que su padre ha comprado para asustar a los chacales que se acerquen a sus rebaños. Cerca de allí, un matrimonio estadounidense en crisis viaja por el país intentando solucionar sus problemas de pareja. En la casa de este matrimonio, en los Estados Unidos, se han quedado sus dos hijos con su criada mexicana, que está a punto de partir unos días a México para asistir a la boda de su hijo. En Tokyo, una adolescente sordomuda deprimida porque acaba de perder a su madre intenta ligar con chicos sin demasiado éxito debido a sus problemas de comunicación. Estas cuatro historias están enlazadas.


La "Trilogía de la Muerte" de Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga finalizó en 2006 con "Babel", que recuperaba lo mejor de "Amores perros" sin repetir la fórmula de ésta de forma excesivamente similar como hizo "21 gramos". Volvemos a tener un grupo de historias (ahora en vez de tres son cuatro) que se entrecruzan animadas por un azar ciertamente fatalista. Ahora los escenarios son múltiples e internacionales: tenemos el México natal del autor, los Estados Unidos que ya retrató en la mencionada "21 gramos" y también Marruecos y Japón. Volvemos a tener un fresco social de personajes de toda clase y condición unificado por un hecho común trágico y que cambia sus vidas, volvemos a tener a actores y actrices excelentemente dirigidos (uno de los puntos más fuertes de Iñárritu) y que sudan puro sufrimiento y volvemos a tener una cámara nerviosa y lírica que recoge unas ambientaciones fantásticas y muy bellas.


Los asuntos que el filme trata son los que ya vimos en las anteriores dos cintas del tríptico: pobreza, violencia, corrupción, clasismo, frustraciones sexuales, soledad, muerte y miedo a la muerte, prejuicios, racismo, incomunicación, crisis interiores, crisis matrimoniales y relaciones personales de todo tipo. Todos los personajes son golpeados por la mencionada fatalidad y todos son víctimas de terribles juegos del azar que se nutren también, sin embargo, de sociedades injustas e insolidarias. En el mundo globalizado de hoy, "Babel" ofrece un fresco de causas y consecuencias que dan relieve a hechos que corren de país en país y de continente en continente (Norteamérica, África y Asia).


Hay un punto que no me termina de cuadrar de todas formas en la tercera película de Iñárritu: la historia de Japón me parece, en general, bastante apartada de las otras tres, casi una mera excusa para ambientar dicha historia en el país del Sol naciente. No es que no tenga su enlace en la trama general: lo tiene, pero me parece algo forzado y descolocado. Dejando esto a un lado (que no impide que la historia mencionada sea igual de interesante que las otras), "Babel" me parece un filme excelente y la cumbre de un director que creo que metió un poco la pata con "Biutiful", su siguiente y para mi floja película, y que después entregó "Birdman", que me parece en todo momento un filme excelente pero que tampoco pienso que sea la obra maestra absoluta que para tantos es.


jueves, 16 de abril de 2015

21 GRAMOS de Alejandro González Iñárritu - 2003 - ("21 grams")


Paul Rivers es joven pero está muy enfermo del corazón y sabe que va a morir en poco tiempo. Cristina Peck lleva una vida feliz con su marido y sus hijas pero una terrible tragedia está a punto de cambiarla para siempre. Jack Jordan fue una vez un criminal, pero hoy trabaja para la Iglesia y es un cristiano ferviente aunque bastante fanático que intenta ayudar a los jóvenes con problemas a no seguir su mismo camino. Las historias de los tres van a enlazarse trágicamente...


"21 gramos", la segunda película de Alejandro González Iñárritu y de su "Trilogía de la Muerte", escrita de nuevo por Guillermo Arriaga, es una suerte de nueva versión de "Amores perros". No lo es realmente, pero lo parece en muchos aspectos. El motivo central vuelve a ser el mismo: tres historias se entrelazan por medio de un accidente de coche. No, ahora no hay perros de por medio, pero el resto es extremadamente similar. La película ahora es de producción estadounidense y el drama pasa del México natal del autor a los USA. Tres personajes de distinta clase y condición se encuentran en circunstancias fatalistas y hay crítica social de por medio. Sinceramente, y sin tratarse de una mala película, "12 gramos" me parece un total "deja vu", casi un remake incluso, de la mencionada "Amores perros". "Babel", la siguiente entrega de esta trilogía, lo puede ser en parte, pero no es tan excesivamente parecida. Ahora tenemos a Sean Penn, a Naomi Watts y a Benicio del Toro entregando, eso sí, tres papeles soberbios: los tres sufren y sienten y se llevan de calle al espectador desde el primer minuto. Iñárritu es un maestro a la hora de dirigir actores; es una de las cosas que mejor se le da y lo ha ido demostrando película a película. Los asuntos que se tratan son menos sociales excepto por el del fanatismo religioso del personaje de Del Toro y por cierta mención a la corrupción, y se centran en las relaciones personales y en las crisis existenciales: la pérdida, la culpa, la muerte, el sobrevivir a una pareja y a unos hijos, la redención, el dejar atrás una vida criminal.


El estilo es el mismo: una cámara muy realista y nerviosa, pero cargada de lirismo cotidiano. Es un punto fuerte que el autor mexicano tiene y que sabe desplegar como recurso en su justa medida: se ha creado su propio estilo, muy reconocible. Los diálogos son también excelentes, y el ritmo está muy bien llevado, lo cual es muy loable tratándose de un filme largo, que se pasa un poquito de las dos horas, denso y centrado en relaciones personales cotidianas. "21 gramos" tal vez esté en parte eclipsado por "Amores perros", pero, a pesar de su "deja vu" indiscutible y que yo he criticado, es un buen filme. Se les podría haber exigido más originalidad a la hora de afrontar su nuevo guión a Iñárritu y a Arriaga, pero la calidad final del producto es clara.


miércoles, 15 de abril de 2015

AMORES PERROS de Alejandro González Iñárritu - 2000 - ("Amores perros")


México D.F. Octavio es un joven sin dinero y con una familia desestructurada que está enamorado de la novia de su hermano, a la que él maltrata: un día, decide cambiar su situación y se sumerge en el mundo de las luchas ilegales de perros. Valeria es una modelo rica que lleva una vida de lujo y que va a ver su carrera truncada de golpe por un terrible accidente de coche. El Chivo es un mendigo que vaga por la ciudad recogiendo y cuidando a perros abandonados y que malvive en un almacén abandonado... Sin embargo, guarda un terrible secreto. Las vidas de Octavio, Valeria y El Chivo están enlazadas.


"Amores perros" fue el debut fulminante del mexicano Alejandro González Iñárritu, hoy muy laureado por su reciente y para mi algo sobrevalorada "Birdman", debut con el que dio comienzo la llamada "Trilogía de la Muerte" de su director; llegarían después "21 gramos", en 2003, y "Babel", en 2006. Las tres películas, si bien son completamente independientes, tienen en común el estar compuestas de historias paralelas y complementarias en las que la fatalidad y el azar tienen un papel básico junto a la crítica social. "Amores perros" enlaza, como sus hermanas, tres historias que en este caso están ambientadas en el México D.F. natal de Iñárritu. Las tres tienen como protagonistas a personajes de todas las generaciones y de todos los estratos sociales: unos jóvenes de clase obrera, una modelo rica y un mendigo misterioso. A todos les une un accidente de coche y todos tienen perros y pasan por las terribles experiencias de tener "amores perros". Todos están maravillosamente interpretados por unos actores verdaderamente sufrientes y que consiguen llegar al espectador desde el primer momento (y en especial despunta un entonces muy joven y genial Gael García Bernal que en los años siguientes saltaría a la fama fuera de México a partir de su participación en esta obra). "Amores perros", rodada con una cámara rápida y a veces nerviosa, pero con un gran sentido del lirismo realista, es un fresco magnífico sobre toda sociedad y sobre sus divisiones de clase y, especialmente, sobre el México de nuestros días.


Iñárritu, de la mano de su compatriota Guillermo Arriaga, el también guionista de las mencionadas "21 gramos" y "Babel" (y que se estrenaría en el año 2008 en la dirección con "Lejos de la tierra quemada"), disecciona asuntos tremendamente variados pero perfectamente ensamblados como un puzzle perfecto. "Amores perros" habla de pobreza, de violencia, de clasismo, de represión familiar y sexual, de maltrato a los animales, de corrupción, de crisis interiores, de miedo a la vida y a la muerte, de relaciones personales de todo tipo, de familias rotas, de la avaricia, del terrorismo, de las luchas sociales modernas y olvidadas o de la imposibilidad de salir de un ambiente marginal. Su retrato crítico del México de nuestros días es brutal y sin concesiones: dibuja un país podrido, corrupto, violento y con unos desajustes entre ricos y pobres abismales. "Amores perros" es una magnífica joya en todos los aspectos.