Porco Rosso
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jueves, 18 de enero de 2018
EL FARO DE LAS ORCAS de Gerardo Olivares - 2016 - ("El faro de las orcas")
Beto trabaja en un apartado faro, al norte de la Patagonia Argentina, encargándose del lugar y de sus espacios naturales y estudiando a las orcas que nadan en sus aguas, las cuales le apasionan. Beto, sin embargo, no es feliz: es un hombre solitario y malhumorado que vive amargado por un pasado triste. Un día, Lola, una mujer española, llega al lugar con Tristán, su hijo autista. Y llega buscando la ayuda de Beto...
Hace alrededor de medio año vi la horrorosa "Hermanos del viento", una de las pocas películas de ficción que tiene en su haber Gerardo Olivares, y ahora he podido ver "El faro de las orcas", de 2016, la última que ha estrenado. Ambas, desde mi punto de vista, tienen el mismo grave problema: una trama muy floja como sustento de unas imágenes impresionantes. Olivares es, esencialmente, un documentalista. Decía cuando comenté la primera película mencionada que empezar con ella su filmografía es posiblemente injusto, y "El faro de las orcas" imagino que tampoco le hace esa justicia. Es ésta una película rodada en los parajes indómitos de la Península Valdés, en la provincia del Chubut, en Argentina. Los paisajes de la Patagonia que se retratan son del todo increíbles, la fotografía es deliciosa, los momentos rodados con animales salvajes en su hábitat una maravilla, el tratamiento de la luz una joya brillante, y el amor por la naturaleza que todo destila en este buen hacer y este primor visual se contagia pronto. Ahora bien, la trama como he dicho falla estrepitosamente. No es que sea terrible, pero simplemente es demasiado simple, valga la redundancia, y muy, muy predecible. Una madre llega al apartado faro en el que reside el protagonista, un hombre hosco y desagradable que estudia las orcas y que vive solo y amargado, para tratar de encontrar una cura para su hijo autista, que ha venido con ella y que al parecer reacciona bien ante dichas orcas, que nadan en abundancia en la región. ¿Se imaginan qué va a ocurrir? Pues lo tienen blanco y en botella.
Los actores están muy bien (el trío protagonista de diez), pero sus personajes son tan tópicos y tan planos, y la historia que viven es tan esperable y tiene tan pocos alicientes, que todo se va al garete y lo que al espectador le queda es disfrutar de los paisajes y de la fotografía mientras todo lo que imaginaba desde un principio se va cumpliendo punto tras punto. Es una pena, pero no estamos ante un documental, sino ante una película de ficción, y si no hay argumento o lo que hay es exiguo, pues apaguen y larguémonos. "El faro de las orcas" es menos mala que la para mi del todo infumable "Hermanos del viento", y tiene muy buenas intenciones y un bonito y necesario mensaje sobre el amor a la naturaleza y sobre la superación personal y el autoconocimiento, pero su desarrollo es tan flaco que se queda en nada. Lo dicho, una lástima.
martes, 27 de junio de 2017
HERMANOS DEL VIENTO de Gerardo Olivares - 2015 - ("Hermanos del viento")
Lukas es un niño que vive con su padre en un apartado valle de los Alpes y que pasa por una depresión tras la muerte de su madre. Un día, encuentra a una cría de águila que se ha caído de su nido y decide cuidarla. En su labor le va a ayudar su único vecino, el guardabosques del lugar. Lukas va a empezar el arduo camino de llegar a la madurez de la mano de su amigo animal y entre ellos va a surgir una relación única.
El español Gerardo Olivares es un director curtido en documentales que saltó a la ficción posteriormente. Ha creado y trabajado en series de documentales como "La ruta de las Córdobas" o "La ruta de los exploradores", y en su obra es de vital importancia la relación del ser humano con la naturaleza, relación que es además el asunto central de muchas de sus películas junto a la crítica social. Su filmografía destaca con las cintas "Una nube sobre Bhopal", "Caravana", "La gran final", "14 kilómetros", "Entrelobos", "Marcos, el lobo solitario", "Hermanos del viento", "100 días de soledad" y "El faro de las orcas".
Tendré que echarle un vistazo a otras películas de Gerardo Olivares, porque creo que empezar su filmografía con "Hermanos del viento" puede que sea bastante injusto. Me costa que ha hecho bastantes cosas mucho más interesantes, sobre todo en el campo del documental, que esta producción austriaca de 2015 estrenada ahora en algunos cines en España a cuento del tirón de la reciente "El faro de las orcas" (que no he visto). "Hermanos del viento" es una excusa para rodar imágenes bellísimas de naturaleza indómita, o eso por lo menos es lo que me parece. De hecho, la película era originalmente un documental sobre las águilas en Los Alpes que posteriormente fue convertida en una historia de ficción. Narra con voz en off la aventura iniciática de un niño que vive en el campo y de una cría de águila, que corren paralelas. La del niño navega por aguas de ficción, y la del águila por aguas de documental, y ambas se fusionan. Insisto: las imágenes de la historia del animal son una maravilla. Pero la trama que lo articula todo es un truñazo de los grandes, con todo el dolor de mi corazón. No es solamente que la historia sea predecible y ñoña, es que encima tiene incongruencias. Todo lo que cuenta "Hermanos del viento" nos lo sabemos de memoria: está todo tan, tan, tan visto, que adivinamos prácticamente toda la película en sus primeros momentos. Niño sin madre, águila expulsada de su nido, padre amargado y traumatizado más bruto que un arado y encima cazador de animales, un guardabosques bondadoso que lo cuenta todo al espectador y que ayuda a los protagonistas, un mensaje de autosuperación con metáfora relacionada con la del pájaro deprimido y débil que aprende a volar... Uffff. Blanco y en botella.
Pero la cosa mala sigue, porque encima nadie se cree que el protagonista no vaya a la escuela y los servicios sociales no vengan a obligar a su padre a llevarlo a la del pueblo más cercano (y la película está ambientada en nuestros días porque el niño tiene una chaqueta de chándal), nadie se cree que hoy en el Primer Mundo haya gente que viva en casas de madera sin electricidad y con candelabros que se caen y ponen en peligro de incendio a todos (y más en una maldita reserva natural), nadie se cree que ese padre y ese hijo vivan de cuatro gallinas y media y de cazar a un águila de vez en cuando, nadie se cree que ni ellos ni el guardabosques no necesiten ni un solo teléfono móvil ni un solo vehículo teniendo en cuenta que viven en un lugar tremendamente apartado de todo, nadie se cree que el niño tenga un libro desde que nació y no lo conozca todavía (¿?¿?¿?) y nadie se cree que el padre sea tan lerdo para no descubrir que el niño va a su vieja casa en ruinas a estar solo cuando en todo el valle solo hay tres casas y dos vecinos. Nadie tiene pies ni cabeza en esta producción y encima todo lo que se narra es pasteloso, ñoño, requetevisto y mediocre. Un rollazo patatero de película, vaya.
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