Porco Rosso
viernes, 29 de mayo de 2015
BIUTIFUL de Alejandro González Iñárritu - 2010 - ("Biutiful")
Uxbal vive en Barcelona con sus dos hijos. Está separado de su mujer, su casa es un cuchitril y es pobre, por lo que se ve obligado a malvivir de trabajos a veces no siempre legales y muchas veces moralmente reprobables. Uxbal, sin embargo, tiene un don: es capaz de ver más allá del mundo de los vivos y de hablar con los muertos, y usa este don también para, cuando puede, sacar un dinero extra. Un día, a Uxbal le dan una mala noticia... Una noticia que, sin embargo, va a ayudarle a cambiar su triste vida.
"Biutiful", la primera película de Alejandro González Iñárritu sin la colaboración en el guión de Guillermo Arriaga, es, hasta ahora, su película más floja, por lo menos para mi. Incursiona en esta ocasión el director mexicano en el cine de corte fantástico pero también vuelve a realizar un drama social, su género predilecto, y pone de nuevo a un gran actor (en este caso Javier Bardem) a dar vida a un personaje sufriente que las pasa putísimas en una sociedad opresiva. Es, básicamente, lo que hizo en su "Trilogía de la Muerte" (aunque esta no tenía un toque fantástico), y le salió bien la cosa (muy bien incluso). En su cuarta cinta, sin embargo, metió la pata. Porque el guión es un desbarajuste total y porque a la película, larga como todas las suyas, le sobran, y ahora de verdad, unos treinta minutos. Iñárritu ha querido tratar infinidad de asuntos sociales (y alguno menos social también) en "Biutiful". El caso es que son tantos, tantísimos, que todos los mira de pasada, todos se nutren de bastantes tópicos y ninguno de ellos queda resuelto. Tenemos pobreza, tenemos familias rotas, tenemos capitalismo agresivo de la peor calaña, tenemos explotación de inmigrantes pobres, tenemos cáncer, tenemos adicciones, tenemos homosexualidad reprimida y no aceptada, tenemos clasismo e hipocresia, tenemos incomunicación en la gran ciudad, tenemos mala sanidad pública, tenemos corrupción, tenemos brutalidad policial, tenemos crisis económica (en 2010 ya estaba pegando fuerte), tenemos un recuerdo de la terrible dictadura de Franco, tenemos relaciones de pareja rotas, tenemos redención y tenemos relaciones del mundo de los vivos con el de los muertos porque el protagonista de la película es un medium o un brujo que, la verdad, tampoco es que aproveche demasiado sus dones paranormales.
Este personaje principal, muy bien interpretado, eso sí, está por desgracia como todos los temas que le rodean: desdibujado. Es errático en todos los aspectos, como lo es encima la trama, que consiste en ir de un lado para otro y de una línea argumental para otra. Lo mejor es que casi ninguna se cierra. Y lo mejor es que los secundarios son muy tópicos y también están desdibujados. El desenlace de la película, supuestamente colmado de espiritualidad y de optimismo vital, yo no lo termino de entender. Qué quieren que les diga: seré muy torpe, pero Iñárritu no deja nada claro. La ambientación de la Barcelona más canalla y depauperada cumple, oscura y cutre, pero ya está, "Biutiful" me parece una película muy fallida, que pierde el interés en su primera media hora y que se vuelve un tostón. Primer patinazo del director de "Amores perros".
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