Porco Rosso
sábado, 16 de enero de 2016
LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO. PARTE I de Francis Lawrence - 2014 - ("The Hunger Games: Mockingjay. Part I")
Katniss ha sido rescatada por los rebeldes y llevada a su base secreta, en donde se ha recuperado. Los rebeldes están planeando el asalto definitivo al Capitolio y quieren que ella sea el foco principal de su propaganda para animar a todo Panem a que se alce contra la tiranía que les domina. Katniss accede a hacerlo, pero también quiere salvar a Peeta, que no pudo escapar, y de la misma manera descubre que la organización de la rebelión no es perfecta y tiene también sus intrigas y fallos. El combate final se acerca mientras cada vez más rápido y la dictadura se prepara para asestarles el golpe definitivo.
Está desde hace un tiempo de moda separar la última entrega de una adaptación en dos películas para sacar más pasta gansa y "Los juegos del hambre" no se libró de esta moda. Muy mal para la saga: se la cargó. Una más. El libro de "Sinsajo", último de la trilogía, fue dividido en dos partes que se estrenaron respectivamente en 2014 y en el pasado 2015. Y no daba para dos partes, en absoluto. "Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte I" es una infamia, un aburrimiento mortal e inmisericorde. De nuevo dirigida por Francis Lawrence, que como dije ayer se quedó ya en la saga como director definitivo, es un enorme, gigantesco prólogo de su siguiente y última entrega, y nada más. La acción se centra ahora en el refugio de los rebeldes y en tratar toda la planificación de su ataque al Capitolio y el sistema de propaganda que establecen dichos rebeldes para levantar la moral del país. No ocurre nada reseñable hasta la hora y cuarto de metraje, y lo que ocurre a partir de aquí es un conjunto de escenas de acción descafeinadas. No hay prácticamente nada que haga avanzar a la historia y no hay practicamente ningún hecho importante relacionado con la posterior entrega. No interesa nada esta tercera parte, simplemente. Habladurías por pasillos, un poquito de drama, desarrollo limitadito de los personajes y una promesa de última entrega donde todo se resolverá. En fin, se nota que un sólo libro no daba para dos películas de dos horas y que han estirado el chicle a lo bestia y han alargado el relleno hasta la náusea. La película, así, se vuelve insoportable y soporífera y todas las virtudes de las dos anteriores entregas de su serie quedan desfiguradas. Una pena. "Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte I" es una infamia perpetrada por el vil dinero de forma descarada. La cuarta parte de la saga tampoco está muy fina debido a esto: supongo que si no las hubieran separado tal vez habrían constituido juntas una película por lo menos aceptable. El ejemplo perfecto de los estragos que hace esta mala moda.
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