Marco, estudiante de Arquitectura, pasa las vacaciones en su casa de la playa con sus padres, con los que tiene una relación que no siempre marcha bien, especialmente con el progenitor, un arquitecto de renombre muy egocéntrico y complicado de tratar. Sofía, la novia de Marco, viene de camino: va a estar unos días con ellos. Pero cuando llega, empiezan las tensiones...
Sebastián Lelio es una promesa hoy del cine chileno. Es algo incontestable tras maravillas como "Gloria" o "Una mujer fantástica". Sin embargo, sus inicios fueron titubeantes, y su debut, a pesar de haber recibido numerosos premios, no me parece un filme bueno en absoluto. "La sagrada familia" fue rodada en tres días y montada al parecer durante todo un año. Es un filme urgente, realizado con muy pocos medios, pero con mucha ambición. Lanza una crítica a la familia tradicional chilena y a la homofobia en el país a través de un retrato de relaciones frustradas y a la vez apasionadas. Sin embargo, el resultado es muy flojo y, sobre todo, caótico. Lelio busca escandalizar, retorcer de forma innecesaria para tratar de impactar más al espectador. Los personajes, que tratan de ser naturales en un principio, terminan actuando con impulsos forzados. Eso los protagonistas, porque los secundarios están totalmente descuadrados: la pareja gay amiga del personaje principal tiene una trama que trata de ser crítica con la mencionada homofobia pero que erra sin cesar y sin integrarse de ninguna manera en el eje central del filme. El estilo en el que está rodado no ayuda: demasiado plano cercano y agobiante, demasiado dramatismo en bruto. "La sagrada familia" aburre, y se hace eterno. Por lo menos a mi me resultó insoportable e incapaz de mantener el interés con su trama abrupta y su ritmo resentido por ello. No veo por ninguna parte la excelencia de la que hablan tantas críticas sobre este debut. Eso sí, es un debut: el resto de películas de Sebastián Lelio brillarían la mayoría de ellas.
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