Porco Rosso
sábado, 11 de agosto de 2018
SIMBAD: LA LEYENDA DE LOS SIETE MARES de Patrick Gilmore y Tim Johnson - 2003 - ("Simbad: Legend of the Seven Seas")
Simbad, el marino más famoso de los Siete Mares, aborda con su tripulación un barco cargado de riquezas y, durante el combate, se reencuentra en el con Proteo, el príncipe de Siracusa, su mejor amigo de la infancia y al que hace mucho tiempo que no ve. Algo está a punto de cambiar para Simbad... Su pasado va a volver. Y también una terrible maldición.
"Simbad. La Leyenda de los Siete Mares", versión libre del cuento "Simbad, el marino" de "Las mil y una noches", es la última película animada en dos dimensiones y en un estilo esencialmente tradicional que el estudio Dreamworks Animation ha realizado hasta la fecha. Marca, tras el gran éxito de la fórmula de "Shrek", fresca en su momento pero algo cansina ya y ultraexplotada en secuelas que salvo la segunda parte han ido vertiginosamente a peor, el fin de una época para la compañía (una época que ciertamente duró pocos años, apenas cinco años y pico). Este filme me parece, al igual que otros como "El Príncipe de Egipto", "La ruta hacia El Dorado" o "Spirit. El corcel indomable", una joyita que, desgraciadamente, ha sido bastante olvidada e infravalorada con el paso del tiempo. Los temas son los habituales, pero tratados de una forma adulta y emotiva: el amor, la amistad, la bondad, la integridad, la confianza y las falsas apariencias son los asuntos centrales y todos están tratados con seriedad y limpieza. La relación de Simbad con Proteo, su mejor amigo, está desarrollada con una delicadeza increíble, y personajes como la diosa del caos Erin, una villana con carisma pero bastante atípica en algunas cositas, afianzan la inspiración adulta del filme. Cuenta, además, con un personaje femenino protagonista, el de Marina, que rompe esquemas en el género y que presenta a una mujer fuerte, independiente, aventurera, que se interna en un mundo de hombres al que da una lección de igualdad.
El resto del filme es acción, acción y acción, muy bien desplegada y animada, absolutamente frenética, que lleva al espectador a viajar por mundos románticos y evocadores llenos de paisajes inolvidables, peligros sugestivos y monstruos fantásticos. Creo que es una de las películas en este sentido más variada y puramente divertida que ha hecho nunca Dreamworks. Sí hay una sola cosa que me chirría un poco en "Simbad. La Leyenda de los Siete Mares": el uso de insertos en 3D que a veces dan bastante el cantazo, tanto hoy en día como en su año, 2003. Dejando esto a un lado, tengo que alabar sin parar a esta joyita del cine de aventuras de corte clásico y serio. Creo que hay que reivindicarla, y mucho. Echo verdaderamente de menos al viejo estudio de Dreamworks que no abusaba de las producciones facilonas del corte de "Shrek" y del "caca, culo, pedo, pis".
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