Porco Rosso

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jueves, 23 de agosto de 2018

MYSTIC RIVER de Clint Eastwood - 2003 - ("Mystic River")


Jimmy, Dave y Sean fueron amigos en su infancia: jugaban juntos en las calles de su barrio de Boston. Ahora han llegado a la mediana edad y un desgraciado incidente les ha vuelto a unir: la hija de diecinueve años de Jimmy ha sido asesinada en la vecindad. Sean, que es policía, es asignado al caso. Y la fatalidad les va a envolver a todos.


Clint Eastwood se recupera de la terrible e inexplicable "Deuda de sangre" con "Mystic River", una de sus grandes e indiscutibles obras maestras. Es muy difícil fusionar bien el thriller y el drama, y el actor y director lo consigue aquí con una soberbia elegante y una maestría fuera de toda duda. Basada en la novela homónima de Dennis Lehane, narra la historia de tres viejos amigos de la infancia que, cuando ya han llegado a la mediana edad, se reencuentran en su barrio de Boston de toda la vida girando alrededor de un brutal y desafortunado asesinato que les toca muy de cerca. Eastwood explora, en el marco de la eterna pero real cultura de la violencia de los USA y de la fatalidad con la que el azar nos golpea, las relaciones entre la verdad y la mentira, las diferentes concepciones de lo que es o debería ser justicia (y el hecho de tomárnosla o no por nuestra propia mano) el mito urbano que genera miedos cotidianos, la condena social que cae sobre personas ya marcadas para toda la vida y la huella que deja un trauma sobre la vida no solamente del que es víctima de el, sino de los que le rodean. Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon están absolutamente inconmesurables, maravillosos, del todo inolvidables. Conforman uno de los tríos de actores más potentes de las últimas décadas en esta película y, especialmente los dos primeros, entregan unos papeles que duelen de verdad, sobrecogedores.


La trama de la película por otra parte es fluida y directa, el estilo sobrio, la fotografía una joya, la dirección de un gusto exquisito, la banda sonora de diez y perfectamente adecuada (como un guante viene a todo) y los secundarios están todos igualmente impecables. "Mystic River", con un desenlace además que pone los pelos de punta y que ha quedado para la antología, es una obra imprescindible, un clásico instantáneo, de la filmografía de Clint Eastwood y del último cine americano en general. Ambigua, cruda, sin concesiones, sin buenos y sin malos y que nos invita a pensar sin formular juicios tajantes. Si alguien no la ha visto todavía, ¡que corra a verla ahora mismo, por favor!


ME VOY UNOS DÍAS DE VACACIONES. ¡HASTA ENTONCES! :)

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