Porco Rosso

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lunes, 23 de octubre de 2017

MARY AND MAX de Adam Elliot - 2009 - ("Mary and Max")


1976. Mary es una niña australiana que vive en un hogar en descomposición y que es marginada por sus compañeros de clase. No tiene amigos, pasa los días en soledad y su autoestima está por los suelos. Un día, descubre en la oficina de correos una guía telefónica de Nueva York y decide enviar una carta al azar... Al poco tiempo, alguien le responde. Es un hombre de mediana edad llamado Max, obeso y solitario, que lleva una vida triste encerrado la mayor parte del tiempo en su apartamento...


Adam Elliot es un director australiano de animación que ha empleado hasta ahora básicamente el estilo en "stop-motion". Ha realizado varios cortos y en 2003 se llevó un Oscar por "Harvey Krumpet", uno de ellos. Su única película larga hasta la fecha es "Mary and Max". Otros cortometrajes suyos son la trilogía compuesta por "Uncle", "Cousin" y "Brother" y "Ernie Biscuit".


Adam Elliot padece desde su infancia una enfermedad fisiológica que le causa temblores. En su corta filmografía se puede apreciar el peso de esta enfermedad, pues retrató el Síndrome de Tourette en "Harvey Krumpet" y en ésta "Mary and Max", su primer y hasta ahora único largometraje, hizo lo propio con el Síndrome de Asperger. Esta maravillosa película tardó cinco años en completarse y está basada en un hecho real, la propia relación que durante veinte años mantuvo Elliot con un amigo de Nueva York, con el que se carteaba viviendo él en Australia. Así, el filme narra la historia de amistad de una niña con un hogar con problemas y a la que nadie hace caso con un hombre de mediana edad, obeso y solitario, que no tiene a nadie en la vida. Entre ellos, surge algo especial, algo especial que sin embargo no se librará de enfrentarse a numerosos problemas, como cualquier relación de cualquier tipo. "Mary and Max" trata, esencialmente, el tema de la amistad. Sin embargo, se extiende a otros con lógica y coherencia que pivotan alrededor de éste y también de la soledad, la antagonista de la amistad. Los dos protagonistas son seres solitarios y rechazados, bichos raros en una sociedad demasiado igual, que no tolera al diferente y que lo margina. Curiosamente, ambos tienen adicciones: uno a la comida y la otra al alcohol. La adicción aparece tratada como un signo clave de los tiempos actuales, en los que las personas frustradas o insatisfechas se refugian en estímulos placenteros de los que abusar para poder huir. También, por supuesto, el mencionado Síndrome de Asperger es básico en la obra: relativamente "nuevo" (o por lo menos es ahora cuando se le está prestando atención), condena a los que lo padecen a una vida de incomprensión y problemas hasta para valerse por sí mismos. Mary pregunta en sus cartas a Max por la vida, por consejos para superar sus sinsabores, y Max no sabe desenvolverse siquiera en esta vida. "Mary and Max" es una película curativa. Habla de los problemas en relaciones estrechas con sinceridad y sin manipulaciones, y retrata a ambos personajes con sus méritos y defectos. Es dolorosa, pero sanadora. Y la animación, los decorados, el uso del color según cada escenario... Todo es magnífico, con un aroma clásico que se echa mucho de menos. Y, además, están ahí las voces de Phillip Seymour Hoffman (se le echa de menos) y de Tony Collette, y otras como las de Eric Bana o el comediante australiano Barry Humphries. "Mary and Max", multipremiada, y con razón, es una película algo desconocida que creo que nadie debería perderse.


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