Porco Rosso

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lunes, 4 de septiembre de 2017

EL BAILE DE LA VICTORIA de Fernando Trueba - 2009 - ("El baile de la victoria")


La democracia ha llegado a Chile y se ha decretado una amnistía general para todos los presos sin delitos de sangre. Ángel Santiago, un joven rebelde, soñador y valiente, quiere a pesar de todo vengarse por los malos tratos que recibió en la cárcel y dar un gran golpe que propone a Nicolás Vergara Grey, un antiguo ladrón experto en cajas fuertes que quiere recuperar a su familia y tener una vida normal. Todo se va a complicar cuando en la existencia de Ángel aparezca una bella bailarina de la que se va a quedar locamente prendado.


Fernando Trueba, una de cal y otra de arena. Preciosa "Calle 54", horrorosa "El embrujo de Shanghai", preciosa "El milagro de Candeal", horrorosa "El baile de la victoria". Y luego haría la mejor película animada española de la historia hasta este momento desde mi punto de vista: "Chico y Rita". Pero hoy toca comentar una de sus películas malas, y de las malas con avaricia encima, la mencionada "El baile de la victoria", basada en la obra homónima del escritor chileno Antonio Skármeta, la cual no he leído. Y con ella me pasa lo mismo, exactamente lo mismo, que me pasa con "El embrujo de Shanghai": básicamente, que me entero de muy poco y a veces de nada. Y me entero de tan poco porque, una vez más, Fernando Trueba no hilvana las escenas bien, coloca los giros de guión al tun tun y desarrolla muy mal a unos personajes con reacciones bruscas, abruptas, que los dejan constantemente colgando en un limbo del absurdo porque que cambian de intenciones como de camisa. En serio, es demencial: dicen una cosa y al siguiente plano están haciendo justo la contraria y se quedan tan panchos. Ambientación de diez, interpretaciones de diez, y alguna escena de humor resultona y alguna dramática bien rodada no salvan un despropósito donde el espectador se pierde con rapidez y que termina resultando una nueva colección de escenas sueltas. Por cierto, que hablando de esto hay que sumar que está la trama llena también de subtramas que no explican casi nada y que ocupan espacio de mala manera, ralentizando el ritmo del conjunto. Así es que no hay manera, por muy buenas intenciones que tenga todo a la hora de revisar la memoria histórica de Chile y los terribles años de la represión, de la dictadura y del asesinato de inocentes. Más que nada porque además es que con tantas lagunas el retrato histórico termina siendo confuso, diluido y superficial. El final abierto tampoco ayuda; eso por añadidura, y recurre a los elementos fáciles de siempre para gustar a todo tipo de público. "El baile de la victoria", sobrevalorada hasta lo infame, preseleccionada para competir en los Oscars en nombre de España, es un despropósito infumable y sin sentido, una película inaguantable por aburrida y soporífera, por indefinida y chapucera. Un rollazo que nadie en su sano juicio puede soportar sin tener que luchar contra la tentación de echarse una cabezadita.


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