Gabriel es un niño que está pasando por un verdadero infierno: por tener el pelo rojo, sus compañeros, comandados por Guille, un acosador brutal y cruel, le llaman "Zanahoria" y le marginan, le insultan y hasta le agreden. Ni sus padres ni sus profesores parecen darse cuenta de lo que ocurre y cada día el simple hecho de tener que ir a la escuela hunde a Gabriel en el puro horror. Harto de la situación, sin embargo, va a tratar de jugar una carta especial... Va a tratar de darle la vuelta a su estado de acosado con un plan retorcido pero que puede funcionar.
El actor, humorista y director José Corbacho y su amigo Juan Cruz han dirigido hasta ahora tres películas: la comedia dramática "Tapas", el drama "Cobardes" y la nueva comedia "Incidentes".
El verano está llegando a su fin y en pocas semanas empieza de nuevo el colegio y el instituto para los más jóvenes y, curiosamente, vi hace poco "Cobardes", del dúo conformado por el actor, humorista y director José Corbacho y su amigo Juan Cruz. No me sedujo demasiado la televisiva "Tapas" en su día, multipremiada, y mucho menos "Incidencias", pero lo cierto es que esta película intermedia entre las dos y la única que se sale por completo de la comedia, aún siendo floja, tenía algún interés, especialmente por su tema central, de rabiosa y triste actualidad siempre: el acoso escolar. Por desgracia, todo se queda en eso: en ese "algún interés". "Cobardes" tiene un punto de partida muy destacado y un desenlace que, sorprendentemente en el cine español (y en el de hace diez años sobre todo) esquiva bastante bien la corrección política y las soluciones facilonas y maniqueas para contentar a los buenistas de siempre. Le falla toda la parte central, eso sí, y es una verdadera pena. En especial, le fallan los personajes y las actuaciones y un guión muy malo. Los personajes son demasiado gruesos, demasiado tópicos, desde los niños de marras, acosadores y acosados, hasta los padres pasando por los profesores y por caracteres como el del pizzero, que ni vienen a cuento ni presentan una resolución creíble. Las actuaciones no llegan tampoco, ni las de los niños ni las de los adultos. Solamente Elvira Mínguez se libra un poco y, también, Antonio de la Torre, aunque hasta un actorazo como él está aquí perdido. Ni siquiera un grande como Lluís Homar está bien dirigido. El filme no resulta tampoco creíble porque tiene salidas de guión demasiado forzadas y verdaderas incongruencias que caen en los peores "tics" del estilo televisivo estrambótico de baratillo, uno de los errores habituales, pienso, de la comedia y del drama español en muchos casos. Los padres del niño, en especial, están muy mal delineados, y no resulta nada creíble que no se cosquen de lo que le pasa a un crío que pierde tantos móviles y que cae en picado de repente en los estudios y que está todo el día asustado. Los profesores, por otra parte, tendrían que tener más papel y relevancia. En fin, "Cobardes" es puro café descafeinado, es una patata sin salsa. Preñada de buenas intenciones, con un desenlace que se sale de la norma y que no hace concesiones y con un cuerpo desastroso. Una pena, porque prometía mucho.
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