En Canadá entra en vigor a partir de 2014 una polémica ley que permite a los padres de hijos peligrosos internarlos en correccionales especiales donde los educarán con mano dura para su reinserción en la sociedad. Diane, una madre viuda, obtiene la custodia de su hijo adolescente Steve, que estaba internado en uno de estos centros. Diane está pasando por una mala época y Steve es un joven con problemas mentales y emocionales, muy difícil y a veces hasta agresivo. La convivencia en el hogar no va a ser nada fácil.
Xavier Dolan tiene que haber tenido a lo largo de su vida o tenerlos todavía problemas graves con su madre y con la figura materna en general. Este asunto está presente en su filmografía en varias películas y es el asunto central de dos de ellas, su debut, "Yo maté a mi madre", y su quinta película, esta "Mommy" que hoy comentamos, una de sus creaciones más ambiciosas y más valoradas y que sin embargo a mi me resulta una de las menos redondas. No voy a negar que es una apuesta arriesgada, pero me parece también demasiado abigarrada y también pedante y pretenciosa, excesivamente críptica a veces en las relaciones personales que establece. Se califica a "Mommy" de filme distópico, pero realmente este apunte es mínimo: nos encontramos en una Canadá idéntica a la de nuestros días en la que simplemente hay una polémica ley que permite a los padres dejar a sus hijos excesivamente problemáticos y peligrosos en correccionales especiales donde los educarán con mano dura. No hay aparte de esto ningún elemento distópico ni ningún gobierno tiránico ni crítica social que valga. Esta ley sirve a Dolan para añadir un elemento aún más extremo (y para mi algo forzado) a la relación de los dos protagonistas, una madre que no esta muy bien anímicamente y un hijo hiperactivo y que está, como se dice, reventado de la cabeza. "Yo maté a mi madre" con el turbo turbio puesto en el Complejo de Edipo y en el ambiente es todo, básicamente. La madre y el hijo se adoran y se odian, se dan y se quitan la vida, y además entra en su relación una vecina que tampoco está muy allá y que lo complica todo. Dolan explota con más fuerza su gusto por los planos cerrados y ahora nos mete directamente un formato incómodo, de pantalla muy reducida, que adquiere un simbolismo especial. Todo esto está muy bien, pero desde mi punto de vista la trama, además de ser demasiado larga para lo que cuenta, es también demasiado críptica, como he dicho, y adolece de bastante pedantería. Deja demasiado a juicio del espectador y los personajes a veces me resultan excesivavente estrambóticos, extremos y lo que es peor exagerados. Sin considerar que es un mal filme, "Mommy" me parece a años luz de las mejores creaciones de este gran director canadiense y algo sobrevalorado. Pefiero "Yo maté a mi madre", "Laurence Anyways" o "Tom en la granja" con diferencia.
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