Porco Rosso
viernes, 6 de enero de 2017
UN GATO EN PARÍS de Jean-Loup Felicioli y Alain Gagnol - 2010 - ("Une vie de chat")
Dino es un gato que vive en una casa de París con Zoe, una niña que tras la muerte de su padre se ha sumergido en un mutismo triste y oscuro. La madre de Zoe, Jeanne, es una policía, como su marido fallecido, que persigue a Víctor Costa, su asesino, uno de los peores criminales de Francia. Dino tiene una doble vida: por las noches sale a recorrer los tejados de la ciudad con Nico, un ladrón de guante blanco, con el que vive aventuras. Un día, algo terrible ocurre: Víctor Costa trata de secuestrar a Zoe. Dino se pone manos a la obra para salvar a su amiga... Y va a tener un aliado inesperado.
Después de su fantástica serie "Las tragedias minúsculas", el dúo artístico conformado por Jean-Loup Felicioli y Alain Gagnol entregó diversos y deliciosos cortometrajes de animación y, en 2010, su primer largometraje, esta maravillosa "Un gato en París". Es bastante triste que ciertas películas no comerciales no pasen muchas veces más allá de circuitos muy cerrados, y esto es algo que ocurre demasiado a menudo con el cine de animación que se sale de las compañías grandes como Disney, Pixar, Dreamworks o el Estudio Ghibli. Por suerte, las cosas han cambiado mucho con Santa Internet. Hay que reivindicar películas como ésta. Porque es un precioso homenaje en clave de humor y aventura al cine negro clásico y porque es una película dibujada con los métodos animados tradicionales, como ya lo estaba "Las tragedias minúsculas", de cuyo siniestrismo y feismo se aleja este filme para desplegar una luminosa fantasía de realismo mágico. Sus dibujos, naif, son una maravilla y aunque tal vez el detalle no sea el que estamos ya acostumbrados con las posibilidades del 3D, tienen una capacidad evocadora y romántica incuestionable. Un gato sirve de nexo de unión entre tres personajes diferentes y tres realidades diferentes. La trama, simple pero efectiva, es capaz de cautivar tanto a los niños como a los adultos, que disfrutarán de los mencionados homenajes al cine negro y de ciertos puntos con un drama y un humor serio: los personajes tienen pasados oscuros y se tratan asuntos como la superación de los traumas y del miedo, el enfrentamiento con la muerte, la bondad y la maldad y sus líneas intermedias que a veces son muy finas y las apariencias que engañan y, por supuesto, el buen trato a los animales, ya que el protagonista de la historia es el gato que da título al filme y que da lecciones a los humanos. París es la ciudad elegida para desarrollarla, un lugar de sueños con la magia en el aire y que está espléndidamente representada. "Un gato en París" es una joya de la animación tradicional y una preciosa película de dos autores que se han convertido en dos de los grandes nombres del género dibujado en Europa. Muy notable y muy recomendable en todos los aspectos.
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