Porco Rosso

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domingo, 18 de diciembre de 2016

ESPERANDO AL REY de Tom Tykwer - 2016 - ("Ein Hologramm für den König")


Año 2010. Alan Clay es un norteamericano que debido a la crisis económica global ha perdido su trabajo y su casa y ha sido abandonado por su mujer, mientras que su hija ha de trabajar en una cafetería para costearse la universidad que él no puede pagarle. Deprimido y arrastrado por las crueles circunstancias, Alan viaja a Arabia Saudí para intentar hacer negocios con el rey del hermético país, al que ha de venderle un servicio de hologramas. En Arabia Saudí, un lugar extraño para él, va a encontrarse por si fuera poco con montones de problemas y con un enorme choque cultural.


Es una pena que una película como "Esperando al rey" haya pasado este año con más pena que gloria por las carteleras de los cines. Ni ha servido que Tom Hanks sea el protagonista, ni ha servido que Tom Tykwer "director de la exitosa "El Perfume" para el público general" sea el director, valga la redundancia, ni ha servido que sea una producción alemana con muchos medios. Es una pena, desde luego, porque es una película más que destacada en todos los aspectos, aunque pierda cierta potencia crítica en su desenlace. Basada en la novela de Dave Eggers "Un holograma para el Rey" (título también original de la película), el filme narra la historia de un vendedor norteamericano que, en el año 2010, cuando estaba ya la crisis económica de la que ahora estamos saliendo lentamente entrando en su fase más cruda (desde este 2010 al 2013), se ve obligado a viajar a Arabia Saudí para hacer un negocio con el rey de este extraño y hermético país. La trama establece un paralelismo entre los USA y esta Arabia Saudí, entre occidente y oriente, en un contexto de globalización que los separa y los une. En los USA existe más libertad pero en ese momento, 2010, hay una crisis económica de las gordas. En Arabia Saudí se nada en la abundancia de los petrodólares y se construye a todo trapo, pero no hay libertad. En ambos países cunde el descontento por una o por otra cosa. Tom Hanks, como siempre magistral, da vida a un hombre en crisis en todos los aspectos, crisis motivada por lo económico: su Sueño Americano se le ha terminado de golpe y ha perdido todo eso que le caracteriza: ya no tiene casa, ya no tiene pareja, ya no tiene una familia unida y ya no tiene dinero para pagar la universidad de su hija, que ha de trabajar como camarera en una cafetería para costeársela. Ha caído en la ignominia social, algo imperdonable en los Estados Unidos, y tiene que tratar de hacer negocios en un país que no entiende.


Arabia Saudí, como he dicho, tampoco sale bien parada en "Esperando al rey". Occidente tiene muchas taras, pero oriente tiene todavía más. En este país no hay libertad, la mujer no vale nada, hay un rey que pincha y corta todo, hay una diferencia abismal entre clases sociales, hay ejecuciones públicas y la religión lo domina todo mientras, irónicamente, el capitalismo más agresivo y brutal también lo hace. Complejos de lujo y fanatismo religioso: un cóctel extraño que descoloca pero que ahí está. Y es aquí donde entra en juego el personaje de Sarita Choudhury, que también está magnífica en su interpretación, como mujer árabe aplastada por su retrógrada sociedad. Ambos mundo se contraponen y hay lugar también para criticar a la mencionada globalización, que permite a países desarrollados crear empresas en otros desarrollados para explotar a sus trabajadores más y menor. El filme es cierto que pierde, como he dicho, potencia crítica en su desenlace, y esto hace que también pierda algo de interés. Sin embargo, hasta este momento es irónico, certero y directo y trata asuntos de plena actualidad con un ojo agudo. Podría haber sido mejor con un desenlace más contundente y menos políticamente correcto, pero cumple muy bien con sus intenciones.


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