Jean y Juliette son dos jóvenes que se casan y que se embarcan en una luna de miel a través de los ríos de Francia. Jean es marinero de agua dulce y su hogar laboral es L'Atalante, el barco que comparte con su bohemio tío Jules y con el grumete "le gosse". Los primeros días para la pareja son preciosos a bordo de la embarcación: están enamorados. Sin embargo, poco a poco la rutina se va adueñando de Juliette, que se siente aburrida y aplastada por la monotonía. Esto supondrá un problema para los casados cuando ella quiera vivir aventuras en tierra firme porque este estilo de vida no le llena.
La última película de la por desgracia cortísima filmografía de Jean Vigo fue su obra obra maestra: "L'Atalante". Fue además, de nuevo por desgracia, su único largometraje. Para muchos críticos, esta película es una de esas obras de transición no sólo entre el cine mudo y el sonoro, sino entre el surrealismo y el realismo poético que en la década de los treinta del pasado siglo surgiría en Francia. El filme, ciertamente, tiene elementos tanto mudos como sonoros (realmente es una curiosa mezcla de ambas formas de rodar inimitable en su momento) y se nutre de un precioso realismo mágico lleno de lirismo. Es, por supuesto, una crítica social a las convenciones burguesas de la época, a pesar de ser también una hermosa historia de amor. Una pareja se casa y, como él es marinero de río, pasa su luna de miel viajando. Sin embargo, ya pronto la amenaza de la monotonía del matrimonio está presente sobre los personajes, que a pesar de estar casados no disfrutan en gran parte de una sexualidad plena, como atestiguan algunos de los excelentes pasajes oníricos del filme. En especial la chica de la pareja se verá influenciada, por sus ansias de vivir aventuras, por el Tío Jules, el compañero marinero de su marido, un lobo de mar sin tierra y que vive la vida como le viene, y por un joven bohemio que también se limita a existir en su día a día de fiestas. Se contraponen dos mundos opuestos pero también se deja claro que ninguno es fantástico: la ciudad y la bohemia tienen sus lados oscuros tanto como el adocenamiento del matrimonio y del mundo laboral.
Jean Vigo retrata este viaje iniciático con una delidadeza poética sin par, y arriesga, como siempre hizo en su corta vida, con planos y recursos cinematográficos que en ese momento no eran demasiado utilizados y menos con sus intenciones. Crea sugerentes planos oníricos con temas sexuales (en 1934, y totalmente descarados, como pocos directores como él o por ejemplo Luis Buñuel se atrevieron a crear), experimenta con el montaje paralelo (insisto, estamos en la primera mitad de la década de 1930) y usa tomas bajo el agua como las que ya usó en su cortometraje documental "Taris, rey del agua" y ahora las perfecciona y las dota de significados reales.
El otro punto imprescindible de "L'Atalante" son sus protagonistas. La pareja principal está absolutamente genial: Jean Dasté y sobre todo una tiernísima Dita Parlo componen un dúo fascinante y entrañable totalmente inolvidable. Y está igualmente soberbio Michel Simon como el lobo de mar que les acompaña en su viaje fluvial y, también, Gilles Margaritis como el aventurero bohemio (con reminiscencias al propio Charles Chaplin en su época contemporánea). La Gaumont, la productora del filme, no estuvo contenta con el resultado final de Vigo y la cortó a lo bruto para su exhibición comercial. Nada nuevo en la época. ¿Les suenan los casos de muchas de las películas de Orson Welles o Erich Von Stroheim? Pues eso. A pesar de estas aberraciones, el filme fue revalorizado y hoy es una obra maestra clave de la historia. El desgraciado Jean Vigó murió de tuberculosis el 5 de octubre de 1934, tres semanas después del estreno del filme, el 14 de septiembre. Tenía solamente veintinueve años. Otra historia triste para los anales del cine. Por suerte, hoy es reconocido como se merece: como uno de los principales innovadores del séptimo arte.
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