Estados Unidos. Tiempos de la Gran Depresión. Johnny Red Pollard es un joven jinete de carreras al que el Crack del 29 arruinó la vida y que vive resentido con el mundo. Charles Howard es un emprendedor de la industria del automóvil que perdió traumáticamente a su hijo en un accidente de coche. Tom Smith es un viejo vaquero y criador de caballos que se siente solo y al que nadie toma en serio. Los tres van a cruzarse por casualidad y sus vidas van a cambiar cuando entre en ellas Seabiscuit, un caballo de carreras totalmente espectacular que se va convertir en esos tiempos duros en el símbolo de la esperanza de muchas personas.
"Seabiscuit" es decepcionante, especialmente porque Gary Ross había debutado con una película muy original, "Pleasantville", con un mensaje bastante interesante y acertado, pienso. Y "Seabiscuit" es un viraje total a la convencionalidad. Y ojo, está bien rodada, tiene una fotografía bonita, una representación histórica cuidada, unos actores que lo hacen bien (repite un más que solvente Tobey Maguire como protagonista) y una trama que se sigue sin molestias, aunque está algo alargada (a la película le sobran unos quince o veinte minutos de metraje sin mucho interés). Sin embargo, el conjunto del filme no dice nada que no hayamos visto ya miles de veces antes. Y es que Gary Ross rueda en su segunda creación otra (otra más) apología barata de la persecución del Sueño Americano. Es cierto que la película esquiva la ñoñería y el mensaje patriotero con elegancia, todo hay que decirlo (se nota que, a pesar de todo, el director es bueno o pretende serlo), pero de una forma u otra la trama nos la sabemos de memoria, así como las reacciones de los personajes y todo ese trasfondo histórico manidísimo de gente que sale adelante en los USA de la Gran Depresión y que contamina de esperanza el corazón de todos esos que lo están pasando mal.
Es cierto que Seabiscuit fue un caballo de carreras real que vivió en los años treinta y cuarenta y que la historia del filme, al parecer, es valga la redundancia totalmente real (hay además un libro bastante conocido en los USA sobre este Seabiscuit), pero es que la hemos visto tantas y tantas veces, en miles de "idénticas variantes", que, sencillamente, nos acaba importando bastante poco. "Seabiscuit", por supuesto, fue candidata al Oscar en su momento: ya saben lo que a los americanos les gusta este tipo de película. Pos bueno, pos fale. A mi por lo menos no me dice nada. Correcta, y punto. Bien rodada, y nada más. No es un bodrio pero se olvida al rato de haberla visto.
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