Hace siglos que el planeta Tierra yace abandonado y sumido en la contaminación más letal. Los humanos se marcharon y lo dejaron lleno de basura a cargo de los robots Wall.E, que lo limpiarían y lo dejarían reluciente para cuando ellos volviesen. En el año 2700 ningún hombre ha hecho todavía acto de presencia y todos los Wall.E han dejado de funcionar Todos excepto uno de ellos, que sigue limpiando incansable la Tierra y que, con una cucaracha de mascota, se siente terriblemente solo. Su vida va a cambiar cuando un nuevo robot aterrice en el planeta Eva. Wall.E va a descubrir el amor y, también, la aventura.
Sería injusto, que digo injustísimo, decir que Wall.E es el salto definitivo de Pixar hacia la animación de autor, especialmente porque la compañía, desde sus inicios, nos ha regalado maravillas personalísimas que además cumplían con una clara voluntad de alejamiento de los asuntos infantiles y hasta políticamente correctos de los que todavía siguen haciendo gala otras compañías más anquilosadas. Wall.E, sin embargo, y a pesar de todo esto, se configura junto con la posterior y extraordinaria "Up" como la película más madura de Pixar hasta la fecha. Al ritmo de Hello, Dolly, el protagonista que da nombre al filme limpia el planeta Tierra, abandonado hace siglos por los humanos y lleno de basura y de contaminación letal. Con una divertida cucaracha como mascota y única amiga, Wall.E se siente terriblemente solo Hasta que llega un nuevo robot: Eva, con la cual va a vivir la aventura de su vida, aventura que va a salvar a la propia raza humana de un acomodamiento mortal. Andrew Stanton conforma una película que a la par que adorable, emotiva y desternillante se erige como un efectivo retrato distópico de lo que podríamos llegar a ser los seres humanos: unos individuos obesos, vagos, aborregados, hiperconsumistas, ignorantes y esclavos de la tecnología más absurda confinados en grandes naves espaciales de turismo cargadas de lujos pero también heladas e impersonales.
La primera parte del filme es toda una gozada, un homenaje a grandes humoristas de la historia del cine como Charles Chaplin, Buster Keaton o Jacques Tati protagonizado por un robot que busca el amor en un mundo postapocalíptico originalísimo y colosalista. Como si de un filme mudo se tratase, las aventuras de Wall.E transcurren en el puro silencio de las ruinas de la civilización. Su voz y la de Eva es lo único que los espectadores escuchan. Más que suficiente. Stanton dirige con una maestría sin par un romance de ciencia ficción en el que únicamente se pronuncian dos palabras y que viene cargado de antológicas escenas de humor y, también, de desolación romántica. La segunda parte del filme ya es más convencional, pero necesaria: Wall.E y Eva tendrán que ayudar a los seres humanos a volver a la Tierra para repoblarla. El homenaje a 2001. Una odisea del espacio está servido: desde su obesidad mórbida, el capitán de la nave, tras pasar toda su vida echado en un sillón flotante, ha de levantarse de nuevo como el primer simio agarró su hueso a ritmo de la mítica banda sonora del clásico de Stanley Kubrick (es esta la escena más delirante y a la vez lúcida y genial de la película que nos ocupa). Wall.E es la mejor película de Pixar hasta la fecha junto con "Up", como he mencionado; una obra maestra de la animación que desde una perspectiva madura muestra un futuro terrible y, además, una maravillosa historia de amor, de amistad y de esperanza.
Una película que aunque no tenga palabras, sonidos hablados, pero hace sentir, transmite. Una sorpresa de la animación, y eso que a mí no me va mucho.
ResponderEliminarMe encantó y espero volver a verla pronto.
Kiss
Obra maestra absoluta. Una de las diez mejores películas de lo que llevamos de siglo. O debería decir simplemente que me hace llorar de emoción, y ya me ahorro todo lo demás... Ah, y unos subnormales decidieron no darle el oscar...
ResponderEliminarUn saludo.