Marty McFly vive en la pequeña ciudad de Hill Valley y es un joven rebelde y popular que detesta que le llamen gallina y que su padre, George McFly, sea un perdedor pusilánime que vive aplastado por la autoridad del que fue el matón de su juventud, Biff Tannen. Su mejor amigo es Doc, un científico al que todos creen loco de atar y que ha creado... una verdadera máquina del tiempo. Cuando ambos prueban dicha máquina en un aparcamiento desierto a altas horas de la noche, algo terrible ocurre: unos terroristas libios matan a Doc y Marty termina huyendo... Y atrapado en el Hill Valley de 1955. Por si no fuera poco, Marty, sin querer, enamora a su propia madre en esa época y cambia el futuro, por lo cual él nunca nacerá. McFly tendrá que contactar por el Doc de los años cincuenta para que le ayude a poner las cosas en su sitio y para advertirle de que le asesinarán dentro de treinta años. Y además, tendrá que enfrentarse a una odisea titánica: consegir que su padre, un joven marginado y sin amigos víctima de las amenazas de Biff Tannen, enamore a su madre...
La trilogía de Regreso al futuro es una de las mejores series orientadas a niños y a jóvenes que se han creado nunca en la historia del cine, una serie que, como las mejores de este tipo, también fascina, incluso hoy en día a casi treinta años del estreno de su primera entrega, a los adultos. Muy pocos productos dirigidos al público infantil y juvenil pueden presumir de esto. El Robert Zemeckis de su mejor época (venía de dirigir Tras el corazón verde y antes de Regreso al futuro II y III se encargaría de ¿Quien engañó a Roger Rabbit? para arrasar más tarde con Forrest Gump) crea con Regreso al futuro la genial historia de un chico que, tras cambiar accidentalmente el pasado, pone en peligro su propia existencia. El tristemente minado por el Parkinson Michael J. Fox (uno de los iconos actorales juveniles de los ochenta y de la primera parte de los noventa gracias a la mencionada trilogía, a comedias como Teen Wolf, El secreto de mi éxito o Colegas a la fuerza o a dramas con su polémica como Noches de neón o Corazones de hierro) da vida con un carisma insuperable a Marty McFly, un joven popular y rebelde que odia que le llamen gallina y que su padre sea un perdedor pusilánime mientras que el también tremendamente carismático Christopher Lloyd hace lo propio con el doctor Emmett Brown Doc, el creador del De Lorean, la máquina que les permite a ambos viajar en el tiempo.
Con un guión que es todo un prodigio de inventiva y una lección de cómo ensamblar elementos de una trama muy compleja sin dejar fisuras, Regreso al futuro, que lleva al espectador de un tiempo a otro mostrándole continuas sorpresas y guiños con respecto al propio filme, homenajes y autohomenajes (especialmente a la década de los cincuenta en los USA, a su sociedad y a su cultura), se erige como una comedia de aventuras magistral, soberbia, con diálogos ágiles, inteligentes y divertidísimos; con escenas de acción geniales y con unos personajes con un carisma insuperable (no sólo los dos protagonistas, sino también los secundarios, entre los que destacan el patoso y delirante padre de McFly, Crispin Glover, y el villano de la función, el matón Thomas F. Wilson). Regreso al futuro es una delicia de película (para pequeños y mayores) y el ideal de lo que debería ser el buen cine infantil y juvenil, el que puede verse en cualquier época sin que pierda su encanto. Regreso al futuro fue la película más taquillera de 1985, lo que propició la aparición de dos secuelas igual de encantadores y de ingeniosas en las que por desgracia ya no participó Crispin Glover, que al parecer tuvo enfrentamientos con los productores y con Zemeckis a causa de su papel, con el que no estaba del todo conforme.
Una película maravillosa que animó mis noches de joven. Era la novedad, lo imposible...hoy día muchas de esas cosas no serían tan impensables.
ResponderEliminarKiss