Porco Rosso

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viernes, 18 de enero de 2019

LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE de Mike Flanagan - 2018 - ("The Haunting of Hill House")


Hace mucho tiempo que los cinco hermanos Crain viven separados. A unos les ha ido mejor y a otros peor, unos tienen trabajos y matrimonios exitosos y otros tienen problemas y líos constantes. Ninguno ve a su padre desde que, hace décadas, una tragedia les separase. Sin embargo, éste ha vuelto ahora... Algo terrible está ocurriendo de nuevo, algo terrible relacionado con el pasado común de todos.


"La maldición de Hill House" ha sido una de las series más alabadas del año que acabamos de cerrar, y no es para menos, porque ha redefinido el género del terror en lo audiovisual en más de un aspecto, aunque tenga sus fallos y un desenlace algo decepcionante. Mike Flanagan es un director que, poco a poco, y con sus cosas mejores y peores, ha ido, en plan "ensayo-error", creándose una filmografía en general apreciable, y esta adaptación seriada de la novela homónima de Shirkey Jackson le confirma del todo como la promesa del género que definitivamente es. Puede que no sea una serie estrictamente innovadora y tampoco rompedora, pero sus diez capítulos cerrados son un ejemplo de, sobre todo, cariño y buen hacer. "La maldición de Hill House" es puro terror clásico: es sugerencia, inteligencia, personajes desarrollados, ambientación de diez y estética bella y adecuada. Sus sustos se basan en lo que se ve y en lo que no se ve, y casi nunca en ese elefectismo barato del que se abusa hoy tanto y con tan poca gracia. Está llena en lo visual de planos extraños, de pasillos abiertos, de esquinas donde se notan cosas raras: es puro desasosiego constante, porque vemos sin parar que los escenarios cambian, que las sombras cambian, que hay cosas al fondo. Este elemento, de por sí, ya hace a la serie especial y ya nos pone de los nervios (en el buen sentido). Esto es terror inteligente, del de verdad.


Luego, tenemos unos personajes maravillosamente desarrollados e interpretados, con montones de conflictos reales en los que todos nos podemos identificar más o menos, perfectamente interrelacionados, con carisma a raudales, con secretos que dan para debates posteriores. Los personajes de "La maldición de Hill House", como en todo buen terror, son otro de sus grandes fuertes. Y el plantel actoral que se encarga de darles vida está absolutamente soberbio. Por otra parte, la ambientación es genial: la casa, y todos los escenarios en general, dan miedo sin caer en lo exagerado, en lo efectista cutre. Y la cámara se mueve virtuosa por ellos (inolvidable el capítulo que tiene más de la mitad rodada en una sola toma) y los efectos especiales son los justos y necesarios. Y, finalmente, hay que decir que la trama es igualmente una delicia: es capaz Flanagan de coger los tópicos de siempre, los que nos sabemos de memoria, y darles una vuelta de tuerca inteligente y con estilo, brillante y fina. Me sobra el desenlace, sí tengo que decirlo. Me parece lleno, este sí, de lugares comunes, y mal explicado. Sin embargo, un solo capítulo decepcionante, aunque sea el último, no se carga a otros nueve que son ejemplos de buen cine de terror. Un diez rotundo para "La maldición de Hill House". Ojalá la mitad de lo que se saca de su género fuese así.


2 comentarios:

  1. Vaya, precisamente me queda el último capítulo por ver. Hasta el momento, no me gustó el arranque, demasiado confuso y arrítmico, pero luego la serie remonta a golpe de guion y buenas interpretaciones. Una vez te haces con los personajes vas entendiendo muchas cosas, y es cierto que son cruciales dos o tres episodios centrales para quedar atrapado por su mezcla de terror (en menor medida), traumas familiares y una melancolía que finalmente es lo que eleva el tono general.
    En fin, a ver si me pongo con el último y le cuento. Un saludo.

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  2. A mi no me terminó de convencer, y menos con ese final tan malo. Mucho hype creo que yo para tan poco entretenimiento.
    Un saludo

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