Porco Rosso
sábado, 8 de diciembre de 2018
ROMA de Alfonso Cuarón - 2018 - ("Roma")
Principios de los años setenta. Cleo es una joven sirvienta que vive en México D.F. y que trabaja para una familia de la Colonia Roma, un barrio de clase media-alta de la ciudad. Esta familia, a pesar de estar muy bien acomodada gracias al sueldo del padre, que es médico, tiene ciertos problemas internos. La propia Cleo, además, está a punto de pasar por uno de los peores momentos de su vida.
Si hay algo que me fascina de Alfonso Cuarón es su eclecticismo insobornable, su capacidad para saltar de un género a otro con una facilidad pasmosa y encima... Hacer que casi todas sus películas sean buenas. El señor adapta a Charles Dickens, y luego hace una comedia dramática, y luego una película de Harry Potter (la mejor de toda la saga, por cierto), y luego un drama distópico de ciencia ficción y luego una aventura espacial y ahora nos viene con un drama costumbrista inspirado en su propia infancia y en las mujeres que lo cuidaron entonces. Y lo clava. "Roma" es una maravilla. Es dura, pero conmovedora. Es un trozo de vida de los años setenta en México D.F., y habla de toda clase de asuntos integrándolos perfectamente en la historia de una criada del hogar de aquellos tiempos. Tenemos clasismo e hipocresía social, y discriminación del indígena, y pobreza, y machismo, y aporafobia, y represión del estado, pero también una humanidad increíble alejada de todo maniqueísmo posible. Los personajes son reales, creíbles cien por cien, dolorosos casi, y están espléndidamente interpretados y todos tienen una pirueta llena de significado que realizar frente al espectador para enriquecer su fresco coral. Desde la mencionada criada hasta sus jefes, de familia rica, pasando por su desconsiderado novio o por los ambiguos niños a los que cuida. Casi ninguno es bueno ni malo, y el a priori más clasista sorprende con destellos de bondad inesperados.
El caleidoscopio social y emocional de "Roma" es maravilloso, inolvidable, de una lucidez brutal, y contrapone las vidas en la ciudad y en el campo, en la riqueza y en la pobreza, en el cuerpo de un hombre y en el de una mujer. Su fotografía es portentosa, inolvidable, y escenas para el recuerdo tiene cientos, y momentos que ponen los pelos de punta otros cuantos (el plano de la playa y las olas quedará para los anales de la historia del cine: es un clásico instantáneo, desde ya, desde ayer). La nueva película de Cuarón te atrapa y no te suelta, te sumerge en el claroscuro total, te enseña que la vida no es cuestión de blancos y de negros y te muestra que todos somos vileza y luminosidad. Maravillosa. Imprescindible.
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