Renzaburo Taki es un miembro de la Guardia Negra, un grupo de agentes secretos que trabaja en la sombra ocupándose de los asuntos que laten entre el mundo de los humanos y el de los demonios, que están actualmente en una fina tregua. Su última misión es extremadamente importante: ha de proteger, con ayuda de la agente Makie, a Giuseppi Mayart, un anciano de doscientos años que es básico para ratificar el tratado de paz entre las dos especies. Pero hay alguien que quiere reventar este tratado, y va a atacarles con todas sus armas...
Yoshiaki Kawajiri, tras "Lensman", debutó en solitario con "Wicked City", basada en la primera novela de las seis de la saga del mismo nombre, creada por Hideyuki Kikuchi, muy conocido en Japón además por ser el autor de la serie de "Vampire Hunter D". "Wicked City" no es una gran película y está a un nivel más bajo que otras maravillas que Kawajiri dirigiría después, pero en ella se van apreciando ya las constantes de este director. Especialmente, destacan sus escenas de acción, uno de sus puntos fuertes: son magníficas casi todas. También la ambientación está muy, muy conseguida, y los diseños de los personajes son imaginativos, grotescos muchos, y carismáticos (el dibujo de Kawajiri, muy personal, está aquí ya presente del todo: en "Lensman" quedaba aún difuminado y primerizo). La trama es simple y directa y sin grandes sorpresas, y los personajes no son el colmo del desarrollo y la originalidad; tal vez sean estos los aspectos más flojo del filme, que a pesar de todo tampoco aburre y su metraje no llega a la hora y veinte de duración. Imagino que tampoco ayuda al conjunto que sea una adaptación de una primera novela de un ciclo de media docena y que no haya tenido más continuaciones. "Wicked City" es una película estéticamente acertada que cimienta una carrera que iba a ser muy destacada. Se ve con agrado aunque no aporte demasiado. Para completistas y para amantes de la animación que quieran descubrir cosas nuevas.
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