Chris Allen es un joven policía, novato todavía pero muy bien formado y preparado, de la ciudad de Atlanta. Su departamento tiene oscuras lagunas: algunos de sus compañeros parecen ser corruptos y tener relaciones con las mafias. Chris está a punto de descubrir algo terrible que les implica a ellos y a otros agentes... Y a él mismo.
El australiano John Hillcoat se ha ido convirtiendo, poco a poco y película tras película, en un director muy personal y con fuerza, especialmente en el western y en el género negro (aunque su adaptación de "La carretera" de Cormac McCarthy fue absolutamente genial también). En 2012 entregó "Sin ley", y en 2016 un nuevo thriller, "Triple 9", que estuvo ambientado de nuevo en nuestros días. "Noir" inmisericorde, negrísimo, oscuro y sórdido, este filme, con un reparto estelar perfectamente aprovechado y lleno de carisma, retrata una vez más el mundo de la corrupción dentro de la policía y sus tratos con las mafias. Personajes al límite de toda clase, todos bien desarrollados y casi todos con sorpresas, se cruzan sin cesar en un juego de alianzas y traiciones y de dramas personales perfectamente armado por Hillcoat, que agudiza además el comentario social y trata asuntos como la integridad, la justicia, la supervivencia o el azar en un contexto de podredumbre en los Estados Unidos urbanos. Las escenas de acción son fantásticas, y están rodadas con potencia, con garra, y el ritmo no deja un respiro. La trama esquiva con agilidad muchos lugares comunes y sabe dar sorpresas inesperadas y el desenlace es limpio, el justo y necesario para sugerir el meollo de la cuestión. Cine negro del bueno, del que mete el dedo en las heridas, del que retrata con ojo crítico el supuesto país de las oportunidades. Muy recomendable y, como he dicho, con un repartazo de ensueño muy bien explotado.
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