Porco Rosso

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lunes, 15 de octubre de 2018

MARY Y LA FLOR DE LA BRUJA de Hiromasa Yonebayashi - 2017 - ("Meari to majo no hana")


Mary es una niña que se ha mudado al campo con su tía abuela Charlotte y que está esperando a que sus padres lleguen tras ellos. Mary no está contenta: se aburre mucho en el lugar, donde nunca pasa nada, y se lleva mal con Peter, el primer chico de su edad que ha conocido y que vive en el pueblo más cercano. Un día, siguiendo a un gatito al interior del bosque, Mary encuentra algo... Algo maravilloso y a la vez muy peligroso.


El estudio Ghibli llevaba unos cuantos años con la producción de largometrajes detenida, desde que el 3 de agosto de 2014 se diese públicamente esta triste noticia. Supuestamente, Hayao Miyazaki se retiraba, y, para colmo, Isao Takahata casi tampoco estaba activo (murió de hecho el pasado 5 de abril de cáncer de pulmón). Aunque el 10 de agosto de 2017 dicho estudio volvió a abrir sus puertas a la producción de filmes largos, algunos directores como Hiromasa Yonebayashi, junto a otros guionistas y animadores, se habían marchado ya y fundado el Studio Ponoc, que muestra en su logotipo a Mary de esta película que hoy comentamos, "Mary y la Flor de la Bruja", en lo que es toda una declaración de intenciones (en el de Ghibli, como sabemos, aparece Totoro). Y bueno, su tercera película, esta, valga la redundancia, "Mary y la Flor de la Bruja", es una película muy bonita y con una animación impecable, aunque se nota demasiado la sombra alargada, alargadísima, de las obras del mencionado Miyazaki. Niña bruja (que recuerda a Niki de "Nicky, la aprendiz de bruja"), mundo mágico conectado con el real (que recuerda a "El viaje de Chihiro"), metáforas y alegorías, mensaje ecologista y de buen trato hacia los animales, protagonista femenina con gato. Vale, exactamente no es una copia descarada de ninguna película del creador de Totoro, pero sí que nos enfrentamos a ella, cuando la vemos, a un "deja vu" constante. También tiene algunos fallos de guión y algunas lagunas. Y también, ojo, algunos momentos muy buenos.


"Mary y la Flor de la Bruja" está basada en la novela "La pequeña escoba de palo" de Mary Stewart y narra una historia de superación, de aventuras, de integridad y de respeto por los animales en la que una niña encuentra el poder de la magia y se enfrenta a unos magos corruptos. En sus partes positivas, tiene una trama que se sigue con fluidez, unos personajes entrañables, un punto siniestro que todo buen cuento de hadas luce bien y, por supuesto, una animación impecable y unos escenarios maravillosos. En el punto flaco, como he dicho, todo recuerda demasiado a producciones anteriores de Ghibli, y además a veces con cierto descaro. También la historia recuerdo que tiene lagunas: no se profundiza en el mundo de los magos, y apenas se sabe nada de sus estudiantes y de otros personajes que aparecen de pasada. El filme tiene momentos excelentes como el duelo en la casita de la bruja y otros fallidos (como una introducción muy desgajada del conjunto general) que le impiden ser redondo. No es, en absoluto, a pesar de todo, una mala producción. "Mary y la Flor de la Bruja" es animación de la buena. Le falta la brillantez, pero sus fallos no son grandes y sus referencias no llegan a empantanarla por completo.


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