Porco Rosso
viernes, 17 de agosto de 2018
MEGALODÓN de Jon Turteltaub - 2018 - ("The Meg")
Un submarino de aguas profundas de un equipo internacional de exploración queda atrapado, con sus tres tripulantes, en la fosa oceánica más grande del Pacífico. Jonas Taylor es un especialista del rescate en este ámbito que, depresivo y traumatizado por la culpa de un pasado oscuro, ve pasar los días en un pueblo costero de Tailandia mientras se entrega al bálsamo de la bebida. Hasta que contactan con él... Le necesitan para salvar a estas personas...
Jon Turteltaub es un director de películas comerciales de variados géneros irregular, que a veces entrega cosas dignas y a veces bodriazos infames. No tiene personalidad como autor y muchas de sus películas han sido grandes taquillazos. Su filmografía se compone de las comedias "Think Big" y "Los locos de la carretera", del filme infantil "Tres pequeños ninjas", del filme deportivo "Elegidos para el triunfo", de la comedia romántica "Mientras dormías", del drama sobrenatural "Phenomenon", del drama "Instinto", de la comedia "El chico", de las películas de aventuras "La búsqueda" y "La búsqueda II: El diario secreto" y "El aprendiz de brujo", de la comedia "Plan en Las Vegas" y de la comentada "Megalodón".
Serie B con dinero. Ahora hay mucho de eso. "Megalodón" es lo que es: serie B hecha con pasta y mucha tontería. Es un truño de película, pero su propuesta ya desde el punto de partida ni es seria ni pretende serlo. Eso sí, tampoco es un "Sharknado": igualmente, no pretende ser una comedia, ni siquiera involuntaria. Así que el conjunto da para poco: ni satisface a quien busque una experiencia de acción y aventuras digna ni a quien busque partirse la caja un rato. Y esta tierra de nadie termina de matarla. Jason Statham hace de él mismo otra vez y ahora tiene que salvar a un grupo de personas de un tiburón prehistórico que ha surgido de los abismos marinos un poco por la cara (bueno, no: ha sido para aprovechar el tirón de "Jurassic World: El Reino Caído"). Es un personaje soso y los secundarios que van con él también. El megalodón de marras se salta las leyes de la física cuando le da la gana y los humanos también. Los diálogos son muy pestosos y las escenas de acción muy espectaculares pero tontorronas y olvidables. De la trama ni hablamos: es una gilipollez como una casa, pero sin gracia, ni siquiera en los eventuales chascarrillos y fanfarronadas de su género. El escualo prehistórico es un despropósito que rompe el cristal y el metal a dentelladas pero que luego llega a una playa abarrotada de gente y no hace nada, y Statham se tira al agua él solo a matarlo con un arponcito y sin equipo de ninguna clase. Se pueden imaginar. Ah, sí, y también hay frases ecologistas de baratillo que critican al ser humano por cargarse el medio ambiente con obviedades que tratan de pasar por profundas. "Megalodón" es el clásico bodrio veraniego "sin chicha ni limoná" del que nadie se acordará en septiembre.
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