Porco Rosso

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domingo, 1 de julio de 2018

LANGOSTA de Yorgos Lanthimos - 2015 - ("The Lobster")


En un futuro distópico, el estado obliga a todos los ciudadanos a tener una pareja y los solteros son internados en instituciones hoteleras en las que han de encontrar a su media naranja por medio de un programa de seguimiento férreo. David es un hombre que acaba de ser ingresado en uno de estos hoteles. Tiene cuarenta y cinco días para emparejarse con alguien. Comienza una delirante carrera.


La mejor película de la irregular filmografía de Yorgos Lanthimos es, desde mi punto de vista, "Canino", y seguidamente viene "Langosta", la que ha terminado de hacerle famoso a nivel mundial. Después del bodrio de "Alps", el director griego recupera su originalidad y su buen hacer y nos regala una película que puede que no sea perfecta, pero que, desde luego, no deja indiferente a absolutamente nadie. En un futuro distópico, todo el mundo tiene que emparejarse y los solteros son internados en instituciones en las que habrán de buscar a su media naranja sí o sí. Lanthimos reflexiona sobre el amor, sobre las construcciones sociales que se ubican a su alrededor, sobre nuestro modo de afrontar las relaciones emocionales, sobre las concepciones de vida y familia enfrentadas, sobre el tutelaje de los estados sobre los individuos y sus consecuentes tiranías, sobre las dictaduras morales y las imposiciones sociales y sobre la búsqueda de esa felicidad artificial de carácter público y obligatorio en la que parece estar todo el mundo ocupado hoy, y más con el auge de las redes sociales. "Langosta" es extremadamente interesante y novedosa en su primera parte, y sobrecogedora. Algo tan simple como la elección de una pareja se convierte en un hecho autoritario de pesadilla, y los que desean estar solteros son obligados a unirse a en una rebelión que es también verdaderamente radical. No hay maniqueísmos en el filme: todos los bandos tienen su parte de razón, su fanatismo irracional, sus líderes demenciales y sus acólitos ciegos e idiotas, y la persona que se sitúa en el centro, que no es radical, que no abraza las ideologías sin preguntar y sin cuestionarse nada, está condenada al sufrimiento y a la marginación. Y a partir de aquí, las alegorías son miles y miles para el espectador.


"Langosta" es una película extremadamente estimulante, desagradable y sórdida, que no deja de plantear dilemas y de incomodar. Creo que Lanthimos, sin embargo, se pasa con la metáfora. Creo que el filme habría sido mucho más redondo sin los simbolismos de los animales, o sin las exageraciones relacionadas con la castidad de los rebeldes (precisamente una persona individualista, por lo general, va a querer de todo menos castidad, ya que esta es otra intromisión en su vida sin ataduras). Pienso también que, en la segunda parte de la obra, el director se va por las ramas y se centra más en el hecho del amor en sí que en los mensajes sociales que sí que desplegaba sin cesar en la primera. Todo pierde potencia crítica, y yo por lo menos lo he notado. A pesar de todo, "Langosta" es una cinta única en todos los aspectos, que marca, y que además tiene un plantel de actores y actrices muy contenido y fantástico (todos y todas). Te guste o no te guste, te hará pensar y te dará de qué hablar.


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