Delphine es una escritora de éxito de París que está pasando por una crisis: no solamente está teniendo problemas para empezar su nueva novela sino que vive permanentemente agobiada y estresada por sus fans y por las interminables firmas de libros, conferencias y fiestas a las que está obligada a asistir. Un día, durante una de estas firmas, conoce a Elle, una extraña mujer... Entre ellas surge algo especial.
Delphine de Vigan es una escritora que me gusta mucho, y Roman Polanski un director que me gusta mucho. Si bien es cierto que me falta leer la última novela de la autora, en la que se basa el último filme homónimo del director, "Basada en hechos reales", tengo que decir que lo que es el filme no me ha convencido. Polanski tiene una gran mano para lo "kakfiano": gran parte de su filmografía se basa en esta concepción del mundo desde sus inicios, y cada cierto tiempo vuelve a ella en alguna de sus obras. Aquí, sin embargo, el resultado es irregular. Insisto: todo esto lo digo a falta de leer, todavía, la novela de la gran autora francesa, aunque por otra parte las obras escrita y fílmica no han de ser por fuerza complementarias. Emmanuelle Seigner y Evan Green están resplandecientes. La primera angustia, y la segunda da miedo, y además tienen una química brutal entre ellas. Una matrícula de honor para las dos. Roman Polanski sabe crear una atmósfera obsesiva y opresiva a su alrededor, y sabe desarrollar escenas y diálogos que ponen los pelos de punta y que interesan desde un primer momento. Sin embargo, en esta ocasión, no sabe tampoco mantener el ritmo ni mucho menos este interés, y toda la parte final del filme acaba en agua de borrajas en escenas disueltas que pretenden crear angustia y que crean sopor por su repetición. Aquí el director polaco no acierta, como otras veces sí ha hecho, con el despliegue y el desarrollo de su habitual thriller kafkiano con toques de terror.
Tampoco ayuda, por otra parte, que la trama se quede tan colgada en el aire. No tiene por qué tener una explicación exhaustiva, desde luego, y cuando hablamos de obras de características básicas que son claramente kafkianas sabemos a lo que nos enfrentamos, más teniendo en cuenta que su historia tiene además las otras características por momentos surrealistas que tiene, pero sí que es cierto que un final tan abrupto y con tan pocas aclaraciones no ayuda a que la película sea más estimulante si, además, su cuerpo no es precisamente genial. Entre la filmografía del autor se me ocurre un ejemplo que funciona en este aspecto: la espléndida "El Quimérico Inquilino". En este caso, todo era perfecto, clavado, redondo, obsesivo y aterrador. "Basada en hechos reales" es una obra fallida de Roman Polanski. A la espera quedo de pillarme la novela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario