1976. Dos terroristas alemanes de las Células Revolucionarias y dos palestinos del Frente Popular para la Liberación de Palestina secuestran el avión Air France Flight 139, que volaba desde Tel Aviv a París, y lo desvían a Uganda, al aeropuerto de la ciudad de Entebbe, cerca de la capital del país, Kampala. Allí, retienen a la tripulación amparados por el sanguinario dictador Idi Amin, simpatizante de su causa, y exigen la liberación de más de cincuenta prisioneros palestinos. El gobierno de Israel y sus aliados, de inmediato, preparan un plan diplomático y otro de rescate. Las cosas se complican inesperadamente...
Tengo que ponerme a seguir la carrera del brasileño José Padilha, que se presenta verdaderamente interesante y del que solamente he visto su versión de "Robocop" de 2014. Acaba de estrenar, tras haber trabajado en la serie "Narcos" y haber creado en su país la otra serie "Túnel del corrupción", esta "7 días en Entebbe", en la que vuelve tras su paréntesis de ciencia ficción a su género predilecto, el thriller político (aunque "Robocop" tiene también una importante esencia de crítica política y social, a pesar de ser un remake). "7 días en Entebbe" narra un hecho real acaecido en 1976: el secuestro por parte del Frente Popular para la Liberación de Palestina y las Células Revolucionarias de Alemania de un avión con 248 pasajeros que viajaba de Tel Aviv a París para exigir la liberación de más de 50 palestinos encarcelados. La película es interesante, está bien rodada y muy bien interpretada sobre todo por una Rosamund Pike excelente y un Daniel Brühl muy destacado, pero tiene el problema de que trata de explicar un asunto extremadamente complejo como el de Palestina e Israel desde un hecho demasiado concreto. Es difícil el buen cine político: mucho. "7 días en Entebbe" es muy irregular. Tiene como gran acierto su certero retrato del fanatismo político, sus frustraciones, sus desilusiones, sus radicalismos y su violencia. Los dos protagonistas están muy bien construidos y está muy bien retratado el hecho que les lleva, viniendo de Alemania, un país que a pesar de su reciente pasado nazi es rico y desarrollado, a meterse en un berenjenal que puede acabar con sus vidas por una guerra en la que ni pinchan ni cortan. Hasta aquí, chapeau, y además los dos tienen momentos muy notables y lúcidos (en especial sus conversaciones con los palestinos con los que colaboran). El resto, es irregular.
"7 días en Entebbe" es descompensación total. Los entresijos políticos que despliega están a veces solamente esbozados, y personajes como el de Shimon Peres o Idi Amin están muy desdibujados. Tampoco es nada redondo un Yonatan Netanyahu muy flojo. Los dos bandos enfrentados están además descompensados: se trata mucho a Israel y poco a Palestina. Cae en el maniqueísmo a veces, aunque no sea de forma consciente, al dar tan poca voz al último y al representarlo casi en exclusiva por medio de terroristas. Y no termina tampoco de funcionar bien como una explicación total de lo que ocurre hoy en día en esta zona tan terriblemente conflictiva y castigada del planeta (y lo peor es que lo pretende). Trata además la película de ser más profunda y artística con un número musical que imagino que será una metáfora de lo que a Padilha le de la gana pero que la verdad no funciona demasiado bien. Las escenas de acción son buenas, y la representación histórica. Pero el resto, muy fallido. Es una lástima, pero no se puede hacer cine político tan parcial y tan deslavazado.
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