Porco Rosso

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domingo, 7 de enero de 2018

MUCHOS HIJOS, UN MONO Y UN CASTILLO de Gustavo Salmerón - 2017 - ("Muchos hijos, un mono y un castillo")


Documental del actor Gustavo Salmerón sobre su familia y, especialmente, sobre su madre, Julita, que a causa de la crisis económica pierde el castillo en el que vivía desde hacía años y ha de enfrentarse a una mudanza improvisada y llena de recuerdos de toda su vida.


Seré yo un vinagre o tendré un sentido del humor demasiado particular, pero el otro día, viendo en el cine "Muchos hijos, un mono y un castillo", me sentía totalmente extraño cuando toda la sala se reía a carcajadas y a mi no se me escapaba ni una risita tímida. Sinceramente, no sé qué le ha visto todo el mundo a la película debut en el largometraje del actor Gustavo Salmerón. Críticas excelentes, premios, nominaciones, recomendaciones... Hasta el crítico Carlos Boyero, conocido por haberse creado un personaje impostado agrio y "hater" y famoso por no gustarle nunca casi nada, ha dicho que es una de las películas que más le ha gustado del año que acabamos de terminar. Pos bueno, pos fale. Yo a este remake de "Carmina o revienta" no le he visto la gracia ni el sentido por ninguna parte. El actor graba a su familia durante catorce años y en especial a su madre, Julita, haciendo su vida diaria y, especialmente, enfrascada en una gran mudanza tras haber perdido, a causa de la susodicha crisis económica que hemos padecido la última década, un gran castillo que tenían. La madre del actor, como la de Paco León, es una mujer que está entre dos mundos, que creció con el Franquismo y que siguió creciendo con la Democracia, y que tiene mucha gracia contando sus anécdotas y sus chistes y sus cosas y tal. Y luego todo es un batiburrillo enredado donde esta mujer habla y habla y donde su marido y sus hijos también hacen gracietas y comentarios. No veo un objetivo a la película salvo el de "contar cosas". Hay un poco de crítica a la gente que se endeudó a lo bestia antes de la mencionada crisis, hay un poco de recuerdo de las costumbres idiotas y de la represión de los años de la dictadura, hay un retrato familiar sentido de amor y de sacrificio por los seres queridos, hay pensamientos sobre la pérdida de la fe religiosa... Pero no veo que el conjunto vaya a ninguna parte.


Oigan, que a lo mejor Gustavo Salmerón es que no pretendía ir a sitio alguno, pero qué quieren que les diga: a mi una colección de anécdotas familiares grabadas no me importa lo más mínimo y no me dice nada si no está articulada en torno a algo que pueda ser digno de algún interés. "Carmina o revienta", con la que esta película siempre va a ser comparada por simplemente los paralelismos y los pocos años que hay entre ambas, retrataba un mundo crudo y real, el de la pobreza y el analfabetismo atávico y fatalista de algunas familias españolas, pero "Muchos hijos, un mono y un castillo" no se sabe a dónde va ni de dónde viene. En fin, respetando a quien le haya gustado, a mi me ha parecido un tostón sin gracia y sin sentido y se me ha hecho eterna. No le veo nada a este experimento que no comprendo cómo hace tanto de reír a tanta gente, la verdad.


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