Porco Rosso

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martes, 2 de enero de 2018

BRIGHT de David Ayer - 2017 - ("Bright")


Ward es un policía humano que tiene como compañero de patrulla a Jakoby, un orco, un miembro de la raza maldita que desde tiempos inmemorables es detestada por las demás por haberse puesto en el pasado remoto de parte del Señor Oscuro, que intentó esclavizar al mundo. Ward desprecia a Jakoby por su origen y en el cuerpo se burlan de él constantemente. Una noche, ambos se meten en un problema: alguien va a intentar matarles y van a encontrarse con una joven elfa a la que alguien persigue con oscuras intenciones... Lo que les ocurre es algo más que una misión rutinaria...


La idea de partida de "Bright" me parece cojonuda: un mundo contemporáneo en el que conviven los seres humanos con razas fantásticas del género de la espada y la brujería. ¿Se imaginan que el mundo de "El Señor de los Anillos" evoluciona y llegamos a nuestros días? Pues eso es "Bright": humanos, orcos, elfos, hadas, centauros... Todos juntos en ciudades modernas, con tecnología moderna y con profesiones modernas. Hasta aquí, todo genial. Y ya lo dejamos. David Ayer trata una vez más de encontrar un camino entre lo comercial y el toque de autor y una vez más se acaba perdiendo en el laberinto de los topicazos y las concesiones a la peor cartelera palomitera. Todo esto tan novedoso y tan original, que además pretende ser una metáfora social sobre el racismo, la convivencia, la memoria histórica o los prejuicios y las guerras culturales termina siendo "una de polis" del montón con varitas mágicas, monstruitos y explosiones. Apaguen y larguémonos. La trama es tonta, los personajes son tópicos y planos, los diálogos mediocres y el mensaje social es un apunte que no termina de concretarse en nada. Desarrollo cero de todas las posibilidades y las alegorías que se podrían haber sacado de su excelente punto de partida. Todo se cierra con un "tenemos que convivir todos juntos y las apariencias engañan" y adiós, muy buenas. Y mientras, la acción se hace un poquito pesada, aunque los efectos especiales y la ambientación cumplen, y el conjunto no queda estéticamente mal (y créanme que a priori orcos y elfos y demás especies fantásticas en grandes ciudades americanas podría haber quedado muy pero que muy ridículo). "Bright" es un caramelo en la boca que se lo quitan a uno tras un par de chupadas.


Y luego está una vez más ahí Will Smith como protagonista del cotarro, un tío que cuando quiere es un buen actor, pero que demasiadas veces es incapaz, absolutamente incapaz, de no realizar su requetemanido y maldito papel de siempre de graciosillo que tiene que soltar la parida de turno o el chascarrillo sin puta la gracia hasta en el peor momento dramático. Ya Joel Edgerton está mejorcito, aunque tampoco es para tirar cohetes, y Noomi Rapace hace un papel que a nadie le importa un pepino. David Ayer vuelve a proponer algo que empieza bien y vuelve a tirarlo a la basura durante su desarrollo. Me da mucha, mucha pena que una idea que daba tanto juego y que nadie hasta ahora había tratado de explotar termine siendo la pantomima de acción y de thriller del montón americana de siempre. Triste.


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