Verano de 1943. Francia está ocupada por los nazis, que avanzan sin descanso por toda Europa. Marc Cros es un viejo escultor que pasa sus últimos días en su casa de campo, en su pueblo, cercano a la frontera con España, y que vive apartado del mundo y entristecido por la locura de sus semejantes. Un día, al lugar llega Mercé, una refugiada española... Y Marc decide tomarla como modelo. Por primera vez en mucho tiempo, encuentra las fuerzas suficientes para volver a trabajar y a tratar de crear algo bello.
El eternamente irregular Fernando Trueba, tras haberse encargado de la que para mi es la mejor película de animación de la historia del cine español, la preciosa e impresionante "Chico & Rita", seguía inmediatamente después de esta creación, en 2012, en el buen camino con otra de sus obras más personales: "El artista y la modelo". Habitualmente, y lo he dicho varias veces por aquí, las películas ambientadas en los tiempos de la Guerra Civil o de la dictadura de Franco me cansan, esencialmente porque creo que en España hay muchas cosas que tratar y que no se tratan (tras casi diez años sufriendo la crisis económica más brutal en un siglo se pueden contar con una mano las películas que critiquen esta situación) para andarnos todavía revisitando esta época en la ficción, por lo menos desde los prismas habituales y manidos de siempre. Lo mismo pienso de los susodichos nazis. Pero aquí hasta perdono el contexto, porque, siendo importante, no es tan clave como la relación del artista de la historia con su modelo, como bien dice el título. Fernando Trueba se arriesga: rueda la película en blanco y negro (en un precioso blanco y negro fotografiado por Daniel Vilar), y la rueda en francés. Los protagonistas principales son una preciosa Aida Folch, un impresionante Jean Rochefort y una magnífica Claudia Cardinale. El homenaje al cine europeo clásico está también totalmente servido. El artista del filme está inspirado en Aristide Maillol, pintor y escultor francés del Rosellón que se comió las dos Guerras Mundiales y que falleció en 1944 a los 82 años (aunque no a causa de su vejez, sino de un accidente de tráfico) sin ver la segunda de ellas terminada. "El artista y la modelo" es una reflexión sobre la creación, sobre la búsqueda de la belleza y sobre la relación entre el mundo de la ancianidad y el de la juventud.
Alrededor de estos mencionados asuntos, pivotan otros como la llegada de la muerte, el desarraigo, las ansias de libertad y, por supuesto, el retrato de la época, en la que España está ya ocupada por las fuerzas del dictador Franco y Francia a su vez por los nazis de Hitler, que han invadido toda Europa, época que anima todavía más al artista a, en sus últimos suspiros de vida, tratar de crear algo bello en medio de tanto horror y desánimo. El filme me recuerda, incluso en planos concretos, a "La bella mentirosa" de Jacques Rivette (a la que creo que Trueba homenajea claramente), y ligeramente, como algunos han señalado, a "El Sol del membrillo" de Víctor Erice. "El artista y la modelo" es cine con mayúsculas, cine del mejor Trueba, que luego volvió a meter la pata con la infumable "La Reina de España", que ya comenté en este blog justo después de su primera parte, "La niña de tus ojos". Y aquí terminamos de comentar la filmografía de este director hasta su próxima película.
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