Porco Rosso

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viernes, 10 de noviembre de 2017

MAL GENIO de Michel Hazanavicius - 2017 - ("Le redoutable")


1967. París. Jean-Luc Godard es uno de los directores más famosos y adorados de su generación. Sus películas desatan pasiones, sus opiniones son escuchadas y su obra es estudiada. Godard, sin embargo, es un hombre disgustado con la vida. Se adora a sí mismo, piensa que tiene la razón siempre, se cree superior a los demás y desprecia a todo el que no piensa como él. Cuando estrena "La Chinoise", una de sus películas más políticas, la crítica sin embargo, por primera vez, lo masacra. Godard va a entrar en una espiral de demonios que le va a convertir en un fanático político insoportable que va a pagar todas sus frustraciones con sus amigos y, en especial, con su pareja, la actriz Anne Wiazemsky.


Le había perdido la pista a Michel Hazanavicius después de la excelente "The Artist". Dirigió en 2014 "The Search", una película sobre la Guerra de Chechenia de 1999 que pasó sin mucha fama por las salas y que hasta este momento no he podido ver ni encontrar. Este 2017 ha vuelto con "Mal genio" (otra horrenda traducción española, para variar, del título original, que es "Le redoutable"), un biopic del controvertido director francés Jean-Luc Godard, uno de los principales creadores de la Nouvelle Vague, un genio del cine pero un hombre insoportable y repugnante que perdió por su soberbia a sus parejas y a sus amigos durante por lo menos la etapa de su vida que el filme retrata, que es la más importante para su carrera. Jean-Luc Godard es, en la segunda mitad de los años sesenta, uno de los creadores cinematográficos más importantes y valorados del cine europeo. Todos le adoran, todos le quieren, todos le imitan, todos le escuchan. Sus películas desatan pasiones, su opinión sobre cine y hasta sobre política es tenida muy en cuenta en muchos círculos, y hasta le conocen por la calle y le saludan. Pero Godard, como tantos otros genios, es un genio maldito, un hombre insoportable, creído de sí mismo y que siempre piensa que lleva la razón y que tiene la verdad absoluta. Hazanavicius retrata a esta controvertida figura con un ojo agudísimo que le sirve para revisitar, en clave irónica y despiadada incluso, la incongruencia de toda una época en la que la izquierda política francesa (y gran parte de la europea) se dedicaba a pontificar sobre política desde cómodas poltronas burguesas y a alabar desde el fanatismo y hasta la ignorancia a regímenes que eran incluso dictatoriales, como el de Mao Tse Tung en China o el de Fidel Castro en Cuba. Godard era uno de ellos, un pijo anti-burgués que era más burgués que nadie y que por imponer sus ideas era capaz hasta de destrozar a sus seres queridos. En aquellos momentos, su pareja era la actriz, directora y escritora Anne Wiazemsky, que apareció en algunas de sus películas y que le amaba con locura pero que, sin embargo, fue víctima de todas sus arbitrariedades, fanatismos, crueldades y brutalidades psicólogicas. Godard es el retrato de toda una generación muy perdida, muy ambigua, con un doble rasero brutal, que trató de hacer una revolución llena de incongruencias fanáticas.


Michel Hazanavicius revista toda esta época con sorna y gracia, metiendo el dedo en la llaga sin ninguna piedad, burlándose de las chulerías de los artistas endiosados en un estilo rápido, casi de comedia, que imita en su simplicidad y en sus escenarios al propio estilo que solían practicar en sus primeras épocas tantos autores de la Nouvelle Vague. París es un personaje más, por supuesto, y el París de aquellos años es retratado con nostalgia, con romanticismo, pero también con duros baños de agua fría que nos ponen los pies en la tierra y que desmitifican toda una época a menudo surcada de exageradas leyendas y de buenos y malos sin muchos términos medios. Louis Garrel y Stacy Martin clavan a los dos protagonistas, a Godard y a Anne. En especial, Garrel es físicamente idéntico al director en aquellos años. Y ambos entregan dos papeles magistrales, con una química envidiable. Garrel, sobre todo, llega a ser odioso ante la cámara, y consigue que queramos darle de ostias y que nos alegremos cuando recibe sus justos castigos a su soberbia desbocada y desmedida. "Mal genio" es un regreso por todo lo alto, fascinante, del director que nos sedujo con "The Artist". No se la pierdan.


ME VOY DE VACACIONES. VOLVEMOS EN EL BLOG A FINALES DE ESTE MES CON MÁS PELÍCULAS. HASTA ENTONCES :)

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