Porco Rosso

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jueves, 19 de octubre de 2017

LARA CROFT: TOMB RAIDER de Simon West - 2001 - ("Lara Croft: Tomb Raider")


Lara Croft es una experta buscadora de tesoros, una de las mejores del mundo, aventurera sin miedo, fuerte y letal y descubridora incansable de secretos de la Antigüedad. Lara está a punto de enfrentarse, sin embargo, a la misión más peligrosa de su vida. Un objeto legendario conocido como el Triángulo de la Luz está en el punto de mira de la secta de los Illuminati, que pretenden utilizarlo, si lo encuentran, con oscuros propósitos. Sólo ella puede localizarlo antes y salvar al mundo de esta terrible amenaza.


"Tomb Raider" es una de las franquicias de videojuegos más importantes de la historia. Por muchas cosas, pero una de las principales es que su protagonista, Lara Croft, fue una de las primeras mujeres famosas de las consolas. Hubo otras antes, en otros juegos, pero ella fue un icono para toda una generación. Era, y es, una mujer empoderada, fuerte, independiente, luchadora, valiente, que se enfrenta sola a cualquier peligro, que maneja todo tipo de armas y que sale ilesa de todo tipo de situaciones peligrosas. No abundaban este tipo de personajes femeninos en los videojuegos de 1996, año en el que llegó al mercado el primer "Tomb Raider" e inauguró una saga que llega hasta nuestros días. Sus dos películas hasta la fecha (el año que viene se estrenará un reinicio protagonizado por Alicia Vikander, y por eso las comento ahora, para allanar el terreno ante lo que nos encontremos), por desgracia, fueron decepcionantes y lamentables. Lara Croft no se merecía semejantes bodrios. Hoy, por suerte, las producciones cinematográficas basadas en videojuegos han mejorado notablemente, aunque sigan creándose todavía bastantes bodrios. En los noventa y en la mayor parte de la pasada década, eran casi todas basura, y estas dos de las que hablaremos hoy y mañana no eran una excepción. Angelina Jolie daba el pego como la heroína, y tenía carisma, y es una buena actriz cuando quiere, pero si el guión es una basura, no hay nada que hacer. El mediocre Simon West se encarga de dirigir. Mal. Es un director habitualmente malo, y lo que nos deja, con el guión de Mike Werb, que no es que escriba maravillas, es un truñazo infame e insoportable. Protagonista invencible y sin lados oscuros, sin nada de profundidad. Secundarios tontos e inocuos (aunque sean buenos actores algunos, como Jon Voight, Iain Glenn o Daniel Craig). Historia penosa, con referencias históricas pasadas por el forro conspiranoico más cutre. Diálogos vergonzosos. Y escenas de acción sosas y aburridas solamente hechas para que Angelina Jolie se luzca y los efectos especiales también se luzcan. "Lara Croft: Tomb Raider" fue una vergüenza, una más de las adaptaciones patéticas de videojuegos de aquellos años, hecha sin ganas, sin cariño, sin dignidad. Un refrito de Indiana Jones penco con topicazos a mansalva e idioteces por doquier. Lara Croft, repito, no se merecía esta cosa infame. Y tuvo una secuela aún peor. Para mondarse.


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