Porco Rosso

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domingo, 8 de octubre de 2017

JACK RYAN: OPERACIÓN SOMBRA de Kenneth Branagh - 2014 - ("Jack Ryan: Shadow Recruit")


Jack Ryan es un veterano de guerra que lleva una doble vida como ejecutivo de Wall Street y como analista para la CIA. En ambos campos destaca como una joven y brillante promesa y, fruto de su trabajo en los dos ámbitos, descubre lo que parece el principio de una conspiración para hundir los mercados del mundo y crear una nueva crisis global más brutal que todas las anteriores. Esta conspiración además parece estar gestándose en Rusia, a donde Ryan es enviado para realizar una auditoría de firmas que la confirme. Allí, algo inesperado ocurre...


Los últimos diez años no han sido nada buenos para Kenneth Branagh, que inexplicablemente se ha sumido en una espiral de películas impersonales cuando no directamente malas. En 2007 metió la pata hasta el fondo con su innecesario remake de "La huella", en el que destrozó el clásico original vilmente. Luego se encargó de la primera película del superhéroe de Marvel "Thor", que era solamente aceptable y estaba muy lejos de su nivel anterior, y seguidamente se embarcó en esta quinta película y nuevo reinicio de las aventuras de Jack Ryan que comentamos, tras la cual entregó un remake de "La Cenicienta" con actores para la Disney que fue verdaderamente lamentable y que deseo olvidar con todas mis fuerzas. "Jack Ryan: Operación Sombra" empieza una vez más con otro ciclo del analista de la CIA de Tom Clancy, y no se puede decir que sea un filme horroroso, pero desde luego para lo que ha hecho antes Branagh está muy, pero que muy atrás en calidad y personalidad de cualquier cosa de su línea dura. De hecho, personalidad no tiene ninguna: es un thriller normalito, del montón, con todo correcto pero con todo olvidable. Ahora Jack Ryan es Chris Pine, que lo hace todo de forma solvente, y le acompaña un plantel de secundarios conformado principalmente por Keira Knightley, Kevin Costner y el propio Branagh como el villano de la función que lo hacen también todo de forma solvente. La trama se pasa, estando en 2014 todavía saliendo el mundo de las consecuencias de los peores años de la crisis económica que hemos vivido en la última década, al espionaje financiero, y ahora el objetivo es parar una manipulación malévola de los mercados que crearía el Segundo Crack del 29. Todo se sigue bien y el director sabe llevar la historia con un buen equilibrio entre acción y drama, aunque no destacan ninguno de los dos puntos, ni la acción por imaginación o espectacularidad ni el drama por llegar al espectador. El retrato político es por otra parte muy flojito y desdibujado (el peor de todas las entregas de la franquicia con diferencia), y por supuesto, y aunque no haya exceso de patrioterío, los americanitos tienen la razón y los rusos, recuperados en plan nostálgico, son muy malos.


No hay finalmente en la película diálogos de vergüenza ajena, ni tampoco gilipolleces o fallos extremos de guión, pero tampoco hay nada que vaya más allá del simple entretenimiento normalito para pasar el rato. No trata "Jack Ryan: Operación Sombra" como a un imbécil al espectador pero tampoco le ofrece nada digno de recordar. La sensación que deja es muy parecida a la que deja "Pánico Nuclear", el reinicio anterior de 2002: indiferencia y olvido. De hecho, como era de esperar, y al igual que aquella, este segundo reinicio de las aventuras del personaje más famoso de Tom Clancy fue un fracaso comercial estrepitoso y en el mismo año de su estreno ya se anunció que, como la de Ben Affleck, tampoco tendría secuela. Y hasta aquí llega la franquicia cinematográfica de Jack Ryan hasta este momento. Muy mal por un Kenneth Branagh que no da pie con bola desde 2007. Esperemos que su versión de "Asesinato en el Orient Express", que se estrena a finales de noviembre de este año, suponga su retorno a una mínima calidad.


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