Porco Rosso
sábado, 2 de septiembre de 2017
THE SNOWMAN de Jimmy T. Murakami - 1982 - ("The Snowman")
Es invierno, y un niño que vive con sus padres en el campo se levanta un día en el que no hay clase y descubre maravillado que acaba de nevar. En su jardín, construye un muñeco de nieve. Este muñeco, por la noche, cobra vida y lleva al niño a visitar un mundo maravilloso.
Jimmy T. Murakami, un director irregular pero que cuenta con algunas de las obras animadas más importantes de los años ochenta en su haber, dirigió en 1982 la adaptación a las pequeñas pantallas de "The Snowman", el cuento ilustrado que el gran Raymond Briggs publicó en 1978. Aunque no es cien por cien fiel (especialmente porque le añade elementos navideños, tal vez más comerciales, a la trama original), sí que mantiene la esencia del relato y los dibujos sobre todo son idénticos. La historia es bien simple, es el cuento famoso que todos conocemos: un niño se hace amigo de un muñeco de nieve que construye en su jardín, el cual toma vida, y ambos viajan por mundos fantásticos. Jimmy T. Murakami sabe captar toda la esencia de esta fábula sobre la pérdida de la inociencia, la entrada al mundo adulto, las ilusiones y los sueños confrontados con la realidad y la esperanza y la desesperanza que está abierta a otras miles de interpretaciones. En sus veintiséis minutos de duración, "The Snowman" consigue conmover, emocionar, poner los pelos de punta y hacer que cualquier niño de rienda suelta a su imaginación y, sobre todo, hacer que cualquier adulto pueda volver a su infancia, a esos días maravillosos sin colegio donde todo era posible. La animación es una delicia: sencillamente maravillosa. Para calcar el estilo del cuento de Briggs, el director opta por realizarla toda por medio de las técnicas de animación más tradicional y le da un uso mayoritario a modos de hacer clásicos como el lápiz, el uso del color pastel y el dibujo directo en el celuloide, todo en unos tonos cálidos y evocadores, capaces de crear un romanticismo de ensueño. El resultado es precioso, y si lo unimos a la estupenda banda sonora, con el tema central "Walking in the air" de Howard Blake y Peter Auty, tenemos uno de los cortometrajes animados más míticos de la historia. La guinda del pastel la pone el gran David Bowie, que colaboraría con Murakami en su posterior obra, el largometraje "Cuando el viento sopla", y que realiza la introducción no animada de la pequeña película. "The Snowman", que tuvo una secuela muy tardía en el año 2012, "The Snowman and the Snowdog", también recomendable y que comentaré mañana, es una maravilla mítica que no debe ser olvidada.
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