Porco Rosso
viernes, 2 de junio de 2017
LAVENDER de Ed-Gass Donnelly - 2016 - ("Lavender")
Jane es una fotógrafa que suele sufrir pérdidas de memoria a causa de un trauma del pasado que tiene enquistado en su mente y del que no recuerda demasiado. Jane tiene un tema favorito para sus fotografías que repite sin cesar: casas abandonadas, por las que siente una tremenda atracción. Un día, su infancia vuelve a su cabeza... Y descubre que la vieja y olvidada granja familiar en la que su vida cambió para siempre sigue en pie... Abandonada salvo por su misterioso tío, que vive en la casa vecina y que parece tener las respuestas a lo que le pasó.
Me la han vuelto a colar con una película de terror. Y eso que ya conocía a Ed-Gass Donnelly por el gigantesco bodriazo que fue "El último exorcismo II". Pues nada, yo tropiezo dos veces con la misma piedra y me meto dos veces la misma leche. En fin, ya que me la he tragado, hablo de ella. "Lavender", bazofia canadiense del año pasado, es la enésima película de supuesto terror de familia con trauma y casa encantada donde nada es lo que parece ser con protagonista con un pasado oscuro y lagunas en su memoria. Todo es un refrito apestoso de lugares comunes que nos sabemos de memorieta totalmente predecible y, lo que es más gracioso, incoherente. Nada tiene sentido en el guión de esta cosa infumable. Todo pasa por la cara (los fantasmas de turno tienen maldiciones flexibles, que a veces les dejan ir a un sitio y a veces no: para mear y no echar gota), los giros de la trama son gratuitos, las sorpresas absurdas (lo de la identidad de algunos personajes es de traca), el sustento psicológico de cuento de niño de doce años, el realismo que busca de risa, las metáforas y los símbolos patéticos, el drama de telefilme de domingo a las cuatro de la tarde, el desarrollo de personajes inexistente y el desenlace uno de los despropósitos más infames que he visto en bastante tiempo. Todo esto empacado con un ritmo aburrido de la ostia: todo es lento, soporífero, gelatinoso; no pasa casi nada y todo lo que pasa es completamente inocuo y tontorrón. Las actuaciones finalmente encima son malas de cojones, pero malas, malas, malas, y la caracterización es tan pésima que los personajes están igual físicamente en 1985 y en nuestros días. En fin, una perla de película. Curiosamente, tiene buenas críticas, e incluso algunas infladas. Creo sinceramente que algunos fans del cine de terror tienen poco, pero que muy poco filtro, y les gusta todo o casi todo lo que les echen de su género favorito. No pierdan ni un segundo de su vida viendo esta cosa intragable. Crítica corta pero justa. "Lavender": otro truño que añadimos a la larga lista de películas de horror sin sentido.
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