Anna es una adolescente tímida y solitaria que no tiene amigos. Un verano, sus padres la envían a Hokkaido, a casa del matrimonio Oiwa, que vive en un pequeño pueblo, para que viva experiencias diferentes en plena naturaleza. Anna, en sus caminatas por el lugar, encuentra una vieja mansión abandonada cerca de un gran lago. Esta mansión guarda un gran secreto que está a punto de descubrir.
La segunda película de Hiromasa Yonebayashi no es tan buena como lo fue la primera, la genial "Arrietty y el Mundo de los Diminutos". "El recuerdo de Marnie", nominada al Oscar animado de su año, 2014, recibió críticas bastante positivas en general, aunque a mi me parece una película, si bien como siempre en el Estudio Ghibli maravillosamente animada, argumentalmente muy deslavazada, alargada demasiado y con faltas de ritmo bastante importantes. El filme narra una historia de amistad, de memoria, de relaciones familiares con una supuesta sorpresa final que se hace demasiado evidente a mitad de la historia, intimista y muy centrada en el desarrollo de unos sentimientos que fuerza demasiado por medio de la repetición. Al despliegue de estos sentimientos le falta la naturalidad a la que estamos acostumbrados habitualmente en el cine japonés, que suele ser capaz de exponer conflictos de forma limpia y minimalista sin que pierdan un solo ápice de significado o de capacidad para emocionar. En "El recuerdo de Marnie" no ocurre esto y, además, la trama tiene altibajos constantes por presentarse como he mencionado deslavazada y alargada en demasía (le sobra bastante metraje que lo que hace es estorbar). Gran parte de su desenlace en el silo es incluso confuso: el montaje es abrupto y lía al espectador y hay un momento en el que hasta no sabe dónde está exactamente, si en el presente o en la memoria de los protagonistas. Es una pena, porque al final la cinta se hace bastante aburrida y poco interesante. Sí queda, por supuesto y viniendo del estudio de animación del que viene, su aspecto técnico, que es como era de esperar deslumbrante. Los escenarios, el diseño de los personajes, la fluidez de sus movimientos, el tratamiento de la luz, el poso romántico perfectamente conseguido que envuelve la trama... Todo esto es una delicia, y es una gozada para los sentidos. Sin embargo, cuando la trama falla, la película falla, y "El recuerdo de Marnie" es puro descontrol en este sentido. Una lástima.
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