Porco Rosso
domingo, 13 de noviembre de 2016
SHARKNADO de Anthony C. Ferrante - 2013 - ("Sharknado")
Un gigantesco tornado llega a Los Angeles y saca del mar a los tiburones, que caen indiscriminadamente sobre la ciudad y atacan a sus habitantes desde el cielo. Fin Sheperd es un padre de familia amante del surf que es sorprendido en la playa por el cataclismo. Junto a sus amigos, habrá de sobrevivir y de acabar con el tornado para salvar todas las vidas que están en peligro. Y habrá de usar para ello todas las armas que tenga a su disposición... Desde sierras eléctricas hasta bombas.
Uno de los últimos fenómenos del cine de serie B, tal vez el más grande de los últimos años, ha sido "Sharknado". Una película que fue producida por el canal Syfy de pura coña y que, con mucho cachondeo surrealista, se ha convertido en una saga rentable y larga como pocas y capaz de congregar colas de fans en cines en "previews" y en festivales de diverso pelaje (lo cual pocas consiguen en la era de Internet). La cosa en en sí es un despropósito, pero es un despropósito desternillante. Porque sí, hay cine para unos momentos y cine para otros. Y hay momentos para ver películas de Woody Allen o de Jafar Panahi y momentos para ver películas malas que, de ser tan malas, son buenas. En "Sharknado" un tornado llega a Los Angeles y se lleva por el aire a los tiburones del océano, que van cayendo indiscriminadamente sobre la ciudad y comiéndose a sus moradores. Demencial, ¿verdad? Pues es también brutalmente divertido. Olvídense de los prejuicios y prepárense para ver una mierda de las buenas. Reúnanse buenos amigos, compren alcohol y comida basura, y echen una noche de botellón o una tarde de resaca disfrutando esta encantadora porquería que es completamente consciente de serlo. Gore a tutiplén, personajes paródicos y casposos a más no poder, actores acabados y malos recitando diálogos apestosos, acción para merluzos, fallos técnicos por todas partes (con planos que no se corresponden, cambios de luz constantes, insertos de documentales de inundaciones !!!!!!!!!!!! y hasta cambio de peinados de una escena a otra), abuso bruto del croma, explosiones por todas partes y unos efectos especiales de vergüenza ajena (los actores actuaban sin ver a los tiburones y se liaban: dicho por ellos) dan una película maravillosamente ridícula, entretenidísima, llena de despropósitos que desatan una y otra vez la carcajada.
Yo me lo pasé teta con esta primera "Sharknado", y confieso que no me lo esperaba. En serio, échenle ganas y vean esta pamplina encantadora bien acompañados. Su éxito se lo tiene merecido. Eso sí, sus siguientes tres entregas, a las que se han unido símbolos de la caspa como David Hasselhof, ya tienen bastante menos gracia (y no las voy a comentar porque no merece la pena, ni siquiera en un blog que suele detenerse en las sagas capítulo por capítulo). El año que viene llegará la quinta parte de "Sharknado", el fenómeno de serie B de la década posiblemente (y que hasta ha aupado la carrera de su protagonista, Ian Zierig, que ha vuelto a ser más o menos conocido desde aquella mítica "Beverly Hills, 90210").
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