Kate Macer es una joven e idealista agente del FBI que es reclutada por las fuerzas especiales del gobierno que luchan contra el narcotráfico en la frontera entre los USA y México. Kate se une al equipo de Matt Graver, un hombre frío y extraño, y de Alejandro, su asesor en la zona. Pronto, sus ideales se estrellan contra la dura realidad de uno de los lugares más podridos y violentos del mundo.
La penúltima película de Dennis Villeneuve (que el mes que viene estrena "La llamada") es una reincidencia en el thriller, uno de sus géneros predilectos, reincidencia que vuelve a ser magnífica. Ahora nos sumergimos en el mundo del narcotráfico que late en una de las zonas más violentas y peligrosas del planeta: la frontera entre México y los USA. Con su fino bisturí, con su sentido del realismo descarnado y con su visualidad cruda y sin concesiones el director canadiense vuelve a crear un fascinante fresco social que no se corta un pelo a la hora de exponer no sólo las brutalidades de un mundo que no tiene solución porque los gobiernos no quieren dársela, sino en sorprender al espectador con giros de guión y desenlaces atípicos, nada esperables. Una genial Emily Blunt da vida a una agente idealista que quiere ayudar a acabar con el submundo de la droga y que se topa de bruces con una realidad que no esperaba. La secundan unos también magníficos Josh Brolin y Benicio del Toro, que bordan unos papeles ambiguos y llenos de carisma e interés sórdido. Villeneuve ambienta a la perfección un lugar lúgubre que pone los pelos de punta y sabe rodar unas escenas de acción magistrales en todo momento. Los diálogos, llenos de lucidez, son los adecuados y están llenos de frases para el recuerdo, mientras que los asuntos que se tratan en el filme son llevados sin maniqueísmos y sin simplezas. Corrupción sobre todo, en todas sus formas, pero también tenemos violencia, adicción, muerte, integridad, desolación y rendición vital, racismo e inmigración, cultura de las armas, diferencias entre norte y sur, hipocresía social y ataques a unos gobiernos que, como he dicho, permiten por interés que ocurran cosas terribles. "Sicario" es un drama desesperanzado y finísimo; otra joya de Dennis Villeneuve.
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