Eragon es un joven granjero de una familia pobre que descubre un día una extraña piedra preciosa que decide cambiar por comida para poder ayudar a los suyos. Esta piedra, sin embargo, esconde un secreto maravilloso que Eragon no imagina... De su interior surge nada más y nada menos que un dragón. Un dragón que le va a llevar a enfrentarse a la gran aventura de su vida.
El californiano Christopher Paolini publicó la primera novela de la saga de "Eragon" a los dieciocho años en la editorial de su familia y ésta se convirtió en un inesperado éxito de ventas. Por supuesto, en plena fiebre de adaptaciones de libros de fantasía heroica desatada por la trilogía fílmica de "El Señor de los Anillos", "Eragon" vio la luz como película. Sin embargo, como le pasó a otras como "La brújula dorada", no tuvo el éxito esperado en su paso al cine y no tuvo nunca una en un inicio planificada continuación. Su director, Stefen Fangmeier, no ha dirigido nada más hasta la fecha, y su protagonista, Ed Speelers, ha seguido su carrera actoral y también es hoy productor, pero no ha sido la estrella que se esperaba que fuese. "Eragon" es demasiado infantil para los adultos, por lo que perdió a este público desde el principio, y para los más pequeños es demasiado obvia incluso. Es un refrito de cosas que hemos visto en "El Señor de los Anillos", en "Star Wars" y en otras sagas famosas fantásticas, y sus personajes son demasiado simples para cautivar (los buenos buenísimos, los malos malísimos, el chico perdido, el dragón bueno, el dragón malo, la chica interés amoroso, el viejo maestro...). La acción no es nada del otro mundo, el aspecto visual es discretito y con una imaginación bastante limitada y la trama no avanza con interés en ningún momento y hasta resulta lánguida en algunos segmentos del filme, que aburre mortalmente en sus primeros momentos ya. No llega a ser vergonzoso, pero tampoco muestra nada destacado y tiene más peros que elementos favorables. Poco más hay que decir de una de esas películas por las que se apostó mucho y que se quedaron en nada. Sus siguientes entregas fueron fulminantemente canceladas y, como la mencionada "La brújula dorada", "Una serie de catastróficas desdichas" o "Jumper", "Eragon" se quedó como una rareza sin final olvidada con los años. Triste, pero tampoco la cosa daba para más, y desde luego no se merecía una secuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario