Porco Rosso

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miércoles, 11 de mayo de 2016

MAGGIE de Henry Hobson - 2015 - ("Maggie")


Ha estallado una gran pandemia zombie pero la sociedad humana ha conseguido mantenerla a raya con controles estrictos y seguridad rígida en las ciudades y en los pueblos. La familia Vogel vive en el campo, en los Estados Unidos, y se enfrenta a un terrible drama: su hija adolescente, Maggie, ha sido mordida por un zombie y, aunque ha salvado la vida, se transformará en uno de ellos en el corto plazo de seis meses. Su enfermedad terminal va a transformar a los Vogel para siempre y les va a sumergir en un terrible calvario.


Es cierto que "Maggie" posiblemente lo único que haya hecho (de hecho creo que es lo único que ha hecho) haya sido adaptar el esquema de "película de enfermedad terminal" (si me permiten el término que acabo de inventarme) al mundo de una película de zombies. Sin embargo, creo que dentro de este género, el de los zombies, a los que tenemos ahora y desde hace ya bastantes años hasta en la sopa, sabe resultar una obra innovadora y por lo menos diferente. Y sobre todo, con dos interpretaciones protagónicas fantásticas en las que cae todo el peso de la acción y que alzan mucho la película. Arnold Schwarzenegger es un padre y Abigail Breslin es su hija. Ella está enferma y va a morir, y él trata de llevarlo todo como mejor puede. La diferencia es que estamos en un mundo sembrado de zombies en el que las fuerzas humanas del orden han logrado instaurar una cierta paz pero en el que el transformarse en zombie se ha convertido en algo cotidiano con lo que las familias tienen que bregar. Y precisamente la enfermedad de la hija del protagonista es esta... Se va a morir y se va a transformar en un zombie. En un ambiente gris, depresivo, en una casa de campo aislada, en una sociedad que sigue funcionando a pesar de la enfermedad zombie, se desarrolla el calvario de los protagonistas. Lo hemos visto con el SIDA, con el cáncer, con el Alzheimer, y ahora lo vemos con la "enfermedad zombie", de la cual todos no sabemos de memoria lo que hace en las personas pero que no habíamos visto en este contexto tan realista y tan perfectamente extrapolable a los dramas que muchas personas que han de lidiar con estas enfermedades viven en nuestros días.


El debutante Henry Hobson entrega una película de zombies que usa sus tópicos para construir un drama alejado de la acción, un drama intimista, con contenido social incluso y que muestra, como he dicho, la manera en que las enfermedades terminales destrozan a familias enteras para siempre. Olvídense de apocalipsis, de post-acapocalipsis, de carreras, de zombies siendo desmembrados. Aquí sólo hay drama, drama contenido, bien estructurado, bien realizado y con una gran capacidad para ofrecer un desenlace, si bien predecible, impactante dentro de lo que ofrece. Y todo con un Arnold Schwarzenegger absolutamente sorprendente, que se sale limpiamente de sus registros habituales para ofrecer un papel sentido y alejado de todo lo que suele hacer y que demuestra que, si quiere, puede ser un actor excelente. Abigail Breslin tampoco le va a la zaga: está genial también. "Maggie" es una película de zombies diferente, una de las mejores apuestas del género del año pasado y que, por fin, se sale de lo que estamos tan acostumbrados a ver.


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