HÉRCULES de John Musker y Ron Clements - 1997 - ("Hércules")

Hércules es un joven que tiene una fuerza sobrehumana que, en vez de ayudarle, le mete constantemente en líos. Vive con sus padres, una tranquila pareja de bondadosos ancianos, y no tiene amigos porque todos le tienen miedo. Se siente desplazado y piensa que el lugar en el que habita no es el suyo. A Hércules le va a ser revelado un secreto totalmente inesperado... No es un mortal, sino el hijo de un dios... Y alguien malvado quiere acabar con él y con todo el Olimpo. Tal vez su fuerza sí que pueda servirle ahora.

Después de la gravedad, la oscura épica y la sexualidad implícita, incluso tratándose de un filme para niños, de "El Jorobado de Notre Damme" de Walt Disney, llegó "Hércules", que se posicionaba en un estilo totalmente contrario pero que no por ello dejó de ser una película deliciosa. Al parecer, sus directores, Ron Clements y John Musker, querían realizar una versión futurista de "La isla del tesoro" que el estudio entonces no vio comercialmente rentable. Por ello, les ofrecieron crear esta "Hércules" a cambio de poder dirigir más tarde el otro filme, que se materializó en 2002 como "El planeta del tesoro". "Hércules" es, según sus directores, una película de superhéroes. Encubierta o no, lo es. Su estructura es esa, e incluso el protagonista recuerda a ese Superman o a ese Spiderman que han de elegir a veces entre sus grandes poderes o entre una vida normal junto a los suyos. Tenemos en el filme un trasfondo esperable de amor por encima de todas las cosas, de amor que supera todos los obstáculos (hasta la muerte). Alrededor de él dan vueltas los otros habituales: amistad, deber, responsabilidad del gran poder adquirido, lucha contra el mal, búsqueda de la identidad, viaje iniciático. Clements y Musker saben tratarlos con limpieza, con gracia, con humor y drama bien mezclados y equilibrados. Sí, es cierto que se pasan por el forro e infantilizan los mitos griegos clásicos (llenos de violencia, de dioses y mortales cabrones o estúpidos, de sexo, de infidelidades, de venganzas, de traiciones y de héroes caídos en desgracia), pero también es comprensible y, a pesar de todo, esta "Hércules" sabe hablar perfectamente tanto a pequeños como a adultos.

El aspecto animado es una maravilla, por otra parte. Sobra decir que la animación de los estudios de Walt Disney siempre cumple sobradamente, incluso en sus obras más mediocres, pero en este caso además de cumplir tiene una personalidad única y combina perfectamente el mundo de la mitología clásica, anacrónico, con reminiscencias a la cultura de masas norteamericana de nuestros días (un diez para el coro, motor de los dramas y comedias griegas de la Antigüedad). Lo han intentado y lo intentan muchas películas para niños, y pocas lo consiguen en condiciones. Los personajes, por otra parte, rezuman carisma y resultan hasta sexys (Hércules y Mégara lo son) y, sin ser el colmo de la hondura, tampoco resultan planos ni tontos. El "Hércules" de Walt Disney es otra película más que notable dentro de sus clásicos, otra vuelta de tuerca exitosa a un viejo mito que sus animadores saben revitalizar con sobrado éxito.