Porco Rosso

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viernes, 11 de marzo de 2016

LA MALDICIÓN DEL ESCORPIÓN DE JADE de Woody Allen - 2001 - ("The curse of the Jade Scorpion")


Años cuarenta. Nueva York. C.W. Briggs es el mejor investigador de la compañía de seguros para la que trabaja. Sin embargo, tiene una piedra en el zapato: se lleva a matar con Betty Ann, una ejecutiva implacable a la que le ha sido asignada la labor de optimizar al máximo los recursos de la empresa. Entre ambos hay una guerra abierta. Una noche, los empleados salen de fiesta y terminan en el show de hipnosis del mago Vortan, que pide dos voluntarios para uno de sus juegos. Briggs y Betty son los que salen a la palestra... Vortan los hipnotiza... Y comienza una delirante trama detectivesca.


No es de las mejores películas de Woody Allen y le falta la brillantez de sus comedias más especiales y redondas, pero sí que es de las más divertidas de su filmografía. "La maldición del Escorpión de Jade" sigue en la línea de la primera parte de su anterior película, "Granujas de medio pelo", y vuelve a los inicios del cineasta, más visuales y más definitivamente cómicos, para presentarnos un homenaje al cine de detectives de los años cuarenta y cincuenta y también a las novelas negras de autores como Raymond Chandler o Dashiel Hammet, aunque todo pasado por el filtro de Woody, que aquí se permite mezclarlo todo en una trama completamente "pulp" con magos de serie B e hipnosis chorras de por medio. Woody Allen, con sesenta y seis años, se pone a hacer, con todo el cachondeo del mundo, de detective seductor al que no se le resiste ni una mujer ni un caso y se enfrenta en una trama de odios y amoríos locos que homenajea a su vez a la comedia brillante del Hollywood clásico a nada más y nada menos que a Helent Hunt. La trama, llena de guiños también al cine de Billy Wilder (las referencias a "El apartamento" son múltiples y están colocadas con amor y gracia) es un alegre juego de espejos bastante naif de forma consciente pero en el que no falta de nada, ni la mujer fatal, ni el personaje cínico y fanfarrón, ni el villano de opereta ni la lectura cruel sobre las relaciones humanas.


Ver a Woody Allen, ya incluso algo decrépito en el año 2001, seduciendo mujeres fatales a su edad (literalmente es que caen a sus pies) es desternillante, y también lo es verlo haciendo de detective paródico tocado con ese sombrero y esa gabardina tan entrañables. Los diálogos son divertidísimos y están llenos de ironía e inteligencia, mientras que los estrambóticos personajes son geniales. La ambientación (el filme tiene lugar en los años cuarenta) está perfectamente recreada, con una fotografía perfecta y adecuadísima muy nostálgica, y la banda sonora de gran jazz es excelente. "La maldición del Escorpión de Jade" es una comedia de altura, de primera. Ligera, o por lo menos más ligera que otras de su creador, pero muy recomendable, divertida y delirante. Muy buena.


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