Porco Rosso

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miércoles, 2 de marzo de 2016

DUPLICITY de Tony Gilroy - 2009 - ("Duplicity")


Claire Stenwick, ex agente de la CIA, y Ray Koval, ex agente del MI6, han abandonado sus respectivas carreras en el espionaje para dedicarse a algo mucho más lucrativo: perseguir secretos industriales. Ahora, trabajan para compañías rivales y ambos han de hacerse con un producto extremadamente valioso y que hará de oro a sus respectivos jefes. Entre los dos surge, sin embargo, un problema... Se empiezan a sentir atraídos el uno por el otro.


Después de una película tan fantástica como "Michael Clayton", "Duplicity", la segunda obra de Tony Gilroy, de 2009, decepciona bastante. El autor se mete en el mundo del espionaje industrial y, como en su debut, lanza una mirada crítica a las grandes corporaciones, que conspiran sin parar y que tratan siempre de manejar a su antojo las vidas de los demás para sacar de ellas beneficios económicos. Esta carga crítica es acertada, aunque tampoco es tan directa y brutal como la de "Michael Clayton" y, por otra parte, el filme cumple, y ya. "Duplicity" es un ejercicio de estilo, un thriller "brillante" lleno de escenas "cool", con personajes "molones" encabezados por un Clive Owen que habría sido un James Bond fantástico (por lo menos estéticamente da el pego, y bien dado) y una Julia Roberts tan glamourosa y aséptica y en un papel tan soso y tan poco interesante como casi siempre. Gilroy utiliza mucho el recurso de la "pantalla partida" como homenaje a los thrillers "retro" y sabe imprimir un ritmo bastante acertado al conjunto, que tiene también una estética algo "retro", valga la redundancia, pero anclada en nuestros tiempos para otorgarle a todo un toque "casual" consciente y prefabricado. No se puede decir que la película no enganche, porque lo hace, pero tampoco se puede decir que apasione, porque se olvida bastante pronto. Hay que elogiar que su director ha tratado en todo momento de, dentro de lo que está rodando, hacer algo medianamente serio, sin acción chorra, sin predominio de la comedia o del romanticismo y con un mínimo de coherencia y realismo (vaya, que no ha terminado la cosa en una comedieta de acción cutre del estilo de "Sr. y Sra. Smith"). También los secundarios a los que dan vida Tom Wilkinson y Paul Giamatti tienen su gracia y su carisma. Sin embargo, "Duplicity" no cala en el espectador. No disgusta, pero no dice mucho después de sus juegos de cartas y espejos esperables y de su trama con punto de partida interesante pero finalmente algo predecible y con un mensaje crítico algo flojo. Digna, pero nada más.


1 comentario:

  1. Qué aburrida... la empecé a ver, y no pude acabarla!

    Un saludoOo enorme!!!

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