Brewster es una pequeña localidad de los USA en donde nunca pasa nada especial y en donde cada día es tranquilo e igual que el anterior. Todo va a cambiar cuando un desconocido se instale en el lugar y ponga en marcha un nuevo programa en la televisión local... Un programa en el que van a salir a flote todos los trapos sucios de los vecinos y todas sus miserias. Brewster no va a ser más el pueblo pacífico y sosegado que era.
No es nada conocido y, si alguna vez lo fue, se ha quedado bastante olvidado. "Public Access" fue el debut de Bryan Singer en la dirección y en el Festival de Sundance de su año, 1993, se hizo famoso y también se llevó el Gran Premio del Jurado del evento. Después llegaron "Sospechosos habituales" y las películas de los "X-Men" del autor y la ensombrecieron. Pero "Public Access" es una obra muy interesante y que creo que habría que revalorizar y volver a visionar. Bryan Singer la rodó con cuatro duros y en apenas dieciocho días y con actores no conocidos y en algunos casos no profesionales; se trata del clásico filme independiente que se estilaba tanto en los años noventa, sí, que de repente es muy valorado y que permite a su primerizo director rodar sus siguientes obras con más medios y más apoyo. La trama, muy metafórica, encierra una crítica al "Sueño Americano" por medio de otra crítica al mundo del espectáculo televisivo. Un desconocido llega al clásico pueblo tranquilo de la Norteamérica profunda y la lía parda poniendo en marcha un programa en el que salen a relucir todos los trapos sucios de los vecinos del lugar y en el que ellos mismos se llegan a poner en la picota por medio de llamadas e intervenciones. En el pueblo la tranquilidad se turba para siempre y se extiende la desconfianza, la perfidia y la pasión por la humillación, y se destapan las vidas ocultas e hipócritas de todos sus habitantes. Mientras, la identidad del desconocido se va desvelando y también trae sorpresas. El filme está rodado en un estilo seco y visualmente es crudo, como corresponde a una obra rodada entonces con tan poco dinero. Sus diálogos son excelentes, sus personajes interesan desde un primer momento, hay bastante humor negro y un tratamiento de la violencia realista y tiene escenas geniales como la del salón de actos, mientras que el sorpresivo final no deja indiferente. "Public Access" es tan buena como posteriores obras de Bryan Singer y no debería ser olvidada. Justo después de ella, se le abrieron al director las puertas de la fama con la mencionada y mítica "Sospechosos habituales".
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