Porco Rosso
miércoles, 13 de enero de 2016
EL FUERA DE LA LEY de Clint Eastwood - 1976 - ("The Outlaw Josey Wales")
1861. Josey Wales es un granjero que vive en paz con su familia en su hacienda de Osceola, en Misouri. Cuando estalla la Guerra de Secesión, un grupo de partisanos unionistas atacan sus tierras, asesinan brutalmente a su mujer y a su hijo y a él le dan por muerto aunque realmente consigue sobrevivir. La vida de Josey, que queda destrozado y hundido, cambia radicalmente y para siempre... Y el sentimiento de la venganza aparece al final del túnel.
Tras la floja "Licencia para matar", el Clint Eastwood director que seguía luchando por forjarse una carrera tras las cámaras volvió a uno de sus géneros predilectos, el western, con el segundo de los que dirigió después de la genial "Infierno de cobardes". "El fuera de la ley" la empezó a dirigir Philip Kaufman, pero Eastwood, que la protagonizaba y producía, no estaba contento con su labor y le despidió, lo cual dio lugar en su momento a un cierto escándalo con el Sindicato de directores de los Estados Unidos. Esta película es una nueva delicia de su género y, aunque ha sido ensombrecida como la misma "Infierno de cobardes" por la eterna y también maravillosa "Sin perdón", no tiene nada que envidiarle a ésta dentro de la filmografía de su director. Se trata éste de un filme revisionista y fieramente antibelicista en el que, en plena Guerra de Secesión, ambos bandos son presentados como perpetradores de injusticias y masacres por igual. De hecho, los soldados del norte son incluso retratados peor en esta historia concreta, en la que son la causa de las desgracias del protagonista. Clint da vida una vez más de forma genial a este personaje, un hombre común aplastado por las circunstancias y por la barbarie, por la arbitrariedad de los hechos históricos que a cada persona le toca vivir, que termina convirtiéndose en un pistolero. La salida a un mundo lleno de violencia y crepuscular reside en la férrea lucha por la independencia de uno mismo y por la justicia. Los indios, básicos en el western aunque no siempre aparezcan, representan esta independencia y visión de la justicia y, a pesar de estar marginados fuera de las sociedades que han construido los invasores blancos, demuestran tener códigos morales más lógicos y coherentes y más solidarios que los que se creen superiores a ellos.
"El fuera de la ley" es además un western espléndidamente rodado y con escenas de acción y lucha fantásticas y con unos decorados naturales esplendorosos, amén de una representación histórica realista y sucia acertadísima. Los personajes que lo pueblan son por otra parte fantásticos y están perfectamente redondeados, mientras que la trama atrapa desde el brutal prólogo y las concesiones que hay hacia el humor negro y fino de la obra son acertadísimas. La reflexión social sobre los abusos que cometen los bandos ganadores de cualquier guerra (aunque a priori, como es en este caso, puedan resultar mucho más justos en las defensas de sus causas que los perdedores -el norte quería acabar con la esclavitud de la raza negra y el sur no-) es lucidísima y pone en la picota el patriotismo americano de pandereta y también revisa con ojo crítico esta guerra civil que definió para siempre el futuro de los Estados Unidos y que estamos acostumbrados a ver habitualmente desde los ojos del bando abolicionista. Excelente y atípico western.
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