Amalthea es una unicornio que vive sola en el bosque y que se plantea si será la última de su especie o si habrá otros como ella en el mundo exterior. Por ello, decide emprender un viaje para encontrar respuestas a esto. Está a punto de comenzar la gran aventura de su vida. En su camino, va a dar con numerosos peligros y enemigos, pero también va a conocer la verdadera amistad y el amor.
Tras sus incursiones en el mundo de J.R.R. Tolkien con la destacable "El Hobbit" y la fallida "El retorno del Rey", Arthur Rankin Jr. y Jules Bass rodaron dos de sus mejores películas prácticamente a la vez. Una fue directa a la televisión y otra no, pero ambas son excelentes y poseen una animación maravillosa. "El último unicornio" y "El vuelo de los dragones", de 1982, son dos de las últimas, por desgracia, producciones de la compañía de ambos animadores, Rankin/Bass Productions, que realizó unos cuantos cortometrajes y especiales televisivos de Navidad hasta tener que cerrar tristemente en marzo de 1987. Que es una compañía que hay que reivindicar sin descanso lo dejan bien claro estas dos cintas imprescindibles y trabajos anteriores como la comentada en esta etiqueta "Mad Monster Party". Hoy hablamos de "El último unicornio", una película que, basada en el libro homónimo de Peter S. Beagle, fue uno de los mayores éxitos de sus dos autores tanto de crítica como de público. La animación es obra de Topcrath, un estudio japonés. Se nota la influencia del manga de este país y su excelente mezcla con las influencias americanas clásicas: todo es, visualmente, una total y absoluta preciosidad. Sorprende en una obra de principios de los años ochenta tal nivel de detalle, tal fluidez de personajes y objetos en movimiento, tal maestría a la hora de diseñar y colorear, tal realismo y expresividad. El poder evocador de "El último unicornio" es increíble, y a todo ello hay que unirle una banda sonora de ensueño y un reparto de voces inolvidable (Mia Farrow, Alan Arkin, Jeff Bridges, Christopher Lee...). Me entristece pensar lo que habría sido capaz de hacer el estudio de Rankin/Bass Productions si hubiese tenido más medios y más margen para actuar o si hubiese conocido las técnicas de animación de hoy, más rápidas y más baratas a pesar de toda su polémica artística.
"El último unicornio" es una película para niños pero también para adultos. Habla sobre la búsqueda de la identidad y la autorealización esencialmente, pero también sobre el sentido de la vida, sobre la soledad, sobre la amistad, sobre el amor, sobre la superación de los problemas, sobre el poder curativo del viaje y también lanza una arenga ecologista incluso. Nada tiene que envidiar al mejor cine de animación, ese que disfrutan personas de todas las edades y que enseña valores a todos. Arthur Rankin Jr. y Jules Bass se recuperan con esta obra maestra del batacazo que les supuso la precipitada versión del libro de "El Señor de los Anillos", "El retorno del rey", una de sus peores creaciones. Y mañana, hablo de su obra maravilla de aquel año: "El vuelo de los dragones".
AVISO A NAVEGANTES: Huyan como de la peste del doblaje español que se realizó para estrenar el filme en España en los años ochenta: es una basura, no está hecho con seriedad y no tiene ningún sentido porque se inventa directamente los diálogos a partir de la mitad del filme. Mucho mejor verla en versión original.
El vuelo de los dragones nos suena muchísimo. ¿No la solían echar mucho por la tele allá por los 80?
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