Porco Rosso
martes, 22 de septiembre de 2015
CARRETERAS SECUNDARIAS de Emilio Martínez-Lázaro - 1997 - ("Carreteras secundarias")
España. Mitad de los años setenta. Felipe viaja con su padre en el coche de éste, la única posesión que tiene, ocupando y desalojando apartamentos de turismo desolados durante la temporada baja de los municipios costeros. Éste es un pícaro que vive de negocios improvisados, de trapicheos de medio pelo y de aprovecharse de ligues esporádicos. La vida de ambos va a cambiar cuando el pasado de su progenitor salga a la luz... Y cuando vuelvan al lugar en el que éste nació, lleno de fantasmas del pasado. Mientras esto ocurre, el dictador Francisco Franco está cada día más enfermo y en peligro de muerte y parece que por fin España puede terminar abriéndose a una nueva etapa y a un cambio social...
Después de un tiempo dedicado a la comedia, Emilio Martínez-Lázaro volvió al drama en 1997 con "Carreteras secundarias", basada en la novela homónima de Ignacio Martínez de Pisón y adaptada además por el mismo escritor. Hay que decir que el filme no es malo, pero también que es olvidable. No sé a ustedes, pero, y llámenme desmemoriado si quieren, los retratos del Franquismo en todas sus etapas en la ficción ya me cansan, y aunque esta película es de finales de los noventa, en esta época creo que ya habían dado la matraca demasiado con nuestro susodicho dictador (y si hablamos de la también susodicha Guerra Civil también he de decir que es otro asunto que me aburre ya de sobremanera). El retrato de cómo Franco se muere de una vez y España parece estar abriéndose por fin a Europa y a una sociedad más liberal que el filme expone me lo sé de memoria y no me dice nada (y no será porque no había también problemas entonces en este país para tener que retratar otra vez este tiempo -en los noventa tuvimos otra crisis económica y otros numerosos casos de corrupción-). Dicho esto, tengo que decir también que "Carreteras secundarias" está esencialmente bien rodada, bien narrada, bien ambientada y bien interpretada. Lo que es, es; para bien y para mal. Echo, sin embargo, y es inevitable, la valentía y el interés social de los primeros dramas de Martínez-Lázaro, aquellos "Las palabras de Max" o "Sus años dorados" que no se han vuelto a repetir en su filmografía.
"Carreteras secundarias" es divertida, es coherente, se sigue con agrado, es sincera y no da gato por liebre. Sus asuntos están bien tratados (el social, el político -o más bien ya el histórico- y el de relaciones personales) y sus diálogos son buenos y sus personajes tienen encanto y, además, están bien interpretados. En especial, Antonio Resines, uno de los nuestros más grandes actores, no decepciona y entrega un papel fantástico una vez más como pícaro españolazo "chulo de playa" (le echen lo que le echen, siempre reluce). Su comparsa, Fernando Ramallo, también lo hace estupendamente. Emilio Martínez-Lázaro entrega una película común, que no brilla, que no arriesga, pero que tampoco engaña y que es esencialmente digna.
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