Larry y Carol son un matrimonio neoyorkino que lleva una vida normal y corriente y un tanto aburrida. Cuando la mujer de uno de sus vecinos, Paul House, muere de un infarto, a Carol se le mete en la cabeza una idea: que ha sido realmente asesinada por su marido. Larry no le hace caso y piensa que está paranoica. A pesar de ello Carol empieza a investigar a Paul con ayuda de su amigo Ted, que se siente un tanto atraído por ella. Una delirante y negra historia está a punto de comenzar.
"Maridos y mujeres" fue una de las películas más tristes de Woody Allen (triste por lo que narraba, se entiende): era, prácticamente, la filmación de su propia ruptura con la que había sido su musa durante más tiempo hasta entonces, la actriz Mia Farrow. Tras esta película cruda, desoladora y pesimista, Allen se embarcó en una de sus más divertidas comedias: "Misterioso asesinato en Manhattan". Tal vez buscaba salir de aquel mal momento divirtiéndose. Posiblemente. Además, volvió a contar para esta película con su ex-pareja Diane Keaton, musa de sus primeras creaciones y también protagonista de ellas como lo sería después la mencionada Farrow. Woody y Diane se llevaban al parecer bastante bien y volvieron a gozar una vez más de una química increíble y envidiable, especialmente tras tantos años sin "verse en las pantallas". Divertidísima, gamberra, delirante, entrañable y muy negra, "Misterioso asesinato en Manhattan" recuerda en parte a la primera época del director neoyorkino, aunque el humor es ya el de estos años: el más inteligente e intelectual. Tenemos un homenaje en toda regla al cine de Alfred Hitchcock en clave cómica: una pareja bastante neurótica de Nueva York (típicos personajes de clase intelectual de la ciudad de los rascacielos que pueblan tantas películas de Allen) se mete a investigar lo que creen que es un asesinato ocurrido en su vecindario. "La ventana indiscreta" pasada por un filtro chorra pero siempre irónico. La película es una total delicia en todos los aspectos.
"Misterioso asesinato en Manhattan" trata algunos de los asuntos de siempre de Allen (el sexo, las relaciones de pareja, la muerte, dilemas morales varios, la hipocresía de las clases altas de Norteamérica...) pero bajo el fondo de la mencionada comedia negra, que por cierto está cargada de ritmo, ritmo frenético. Los diálogos, disparados a cien por hora, son desternillantes; los personajes derrochan ternura y carisma, los gags son absolutamente memorables (prácticamente todos) y el desenlace que homenajea a "La Dama de Shanghai" de Orson Welles es totalmente mítico e inolvidable. Allen en estado puro, el mejor Allen; ya sea para los dramas ya sea para las comedias. Imprescindible.
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