Porco Rosso
martes, 24 de febrero de 2015
BABADOOK de Jennifer Kent - 2014 - ("The Babadook")
Amelia y Samuel son madre e hijo y llevan una vida normal y corriente. Hace seis años que el padre de Samuel murió en un accidente de coche y, aunque no salga a la luz entre ellos, ambos no han podido ni sabido superar ese trauma. Un día, Samuel le dice a Amelia que hay un monstruo en la casa que le acecha y que se llama Babadook... Este monstruo aparece en un libro de cuentos que Samuel tiene y que Amelia no recuerda haberle comprado. Pronto, algo empieza a manifestarse en su hogar... Algo efectivamente malévolo.
Aunque su desenlace pierde fuerza y resulta del todo insatisfactorio (por lo menos para mi), "Babadook", último éxito del cine de terror australiano, resulta una película de este género cuanto menos refrescante. ¿Por qué? Esencialmente porque está rodada como una película "clásica": el terror es tan "presencial" como psicológico (y ambos están bien equilibrados), los sustos no son efectistas ni burdos (en general son inteligentes), los efectos especiales son o por lo menos dan la sensación de ser "tangibles" y el derroche digital es el justo y el necesario (el monstruo antagonista se puede tocar, y hacía tiempo que no tenía esta sensación en una película de corte fantástico), el terror está enmarcado en un contexto coherente (exceptuando el mencionado desenlace) en el que los personajes están desarrollados y tienen una razón de ser y este terror, su presencia, es una metáfora de la propia existencia de estos personajes, marcados por un trauma. La película habla esencialmente de la relación entre padres e hijos cuando uno de los progenitores falta y cuando la familia ha sido golpeada por la tragedia. Los diálogos terminan de redondear este conjunto, porque son más que destacados, y la trama está perfectamente equilibrada entre sus puntos de terror y sus puntos de drama, también imprescindibles. El monstruo Babadook es, además, un precioso y primoroso homenaje estético al Expresionismo Alemán (hay momentos en los que "imita" claramente posturas del mítico Nosferatu).
Falla desgraciadamente en "Babadook" un final bastante mal cortado, bastante precipitado y que no tiene una explicación convincente, por lo menos para mi. Esto le hace perder enteros a la película, ciertamente. Sin embargo, pienso que el haber descuidado esto (o el haber pecado de haber querido ser excesivamente metafórico) no quita que, hasta este momento, la cinta sea verdaderamente destacada y un indiscutible soplo de aire fresco en el que posiblemente sea uno de los géneros más difíciles y por ello devaluados. Además, la actriz protagonista, Essie Davis, está verdaderamente soberbia en su papel. Excelente ópera prima de Jennifer Kent.
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